jueves, 4 de enero de 2018

Crítica | SENDEROS DE GLORIA (Paths of Glory) (Stanley Kubrick, 1957)


Compases de tambores y cornetas mientras se entona la sinfonía de la Marsellesa... SENDEROS DE GLORIA de Stanley Kubrick retrata como pocos el crudo y el horror del combate. El ataque al "Hormiguero", los travellings en las trincheras llenas de barro y heridos, la deshumanización y el duro alegato antibelicista, un elenco actoral imperial. Una obra maestra.

Los senderos de gloria son los caminos que toman los generales para la autopromoción con la deshumanización más absoluta, la crueldad de la jerarquía militar y el falso patriotismo. Queda bien reflejada por Kubrick con la contraposición social.

Visualmente impactante y actoralmente notable, el coronel Dax que interpreta Kirk Douglas obtiene paralelismo con el actor en la vida real: un tipo con carácter y de duras convincciones, que igual que defendió a sus compañeros de batallón también lo hizo con esta historia frente a la caza de brujas que asolaba Hollywood. Un proyecto que no financiaba el estudio y por suerte cayó en manos de Kirk Douglas y puso todos lo mecanismos en marcha, incluso renunciando a su sueldo, para llevarlo a cabo. Las autoridades francesas consiguieron que se prohibiera en varios países y en Francia no se censuró, pero nadie pidió la licencia para ser exhibida en cines hasta 1972. También prohibida por el franquismo que no se estrenó hasta el 13 de octubre de 1986 en los cines españoles.

Sombría, inteligente y maravillosamente interpretada, es una película que logra la indignación del público. La contundencia del mensaje es terrible, consigue obtener diferentes sentimientos en el mismo metraje, la cara más cruda de la deshumanización puede tener su oasis con ese emotivo final.




















Hay ocasiones en que me averguenza ser un miembro de la raza humana. ¡Y hoy es una de ellas!



     Valoración: [9/10]     
★★★★★★★




Paco Garrido

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