martes, 30 de abril de 2019

1Q84 de Haruki Murakami (2009)





Murakami lleva a la máxima expresión la meticulosidad a la hora de narrar y elaborar los elementos que componen su obra, buque insignia junto a Higashino o Kirino de la nueva generación de escritores japoneses, novelistas de la profundidad de texto. Característica que puede hacerse pesada por momentos, aquí reitera ciertos puntos una y otra vez, sin llegar a aburrir en ningún momento pero sí con la sensación de que se podría rematar antes. Un estilo que implica la inmersión del lector constantemente, por eso se dice que no es para todo el mundo, pero es un viaje abstracto y surrealista, con una historia de amor totalmente distinta a lo conocido, que merece la pena embarcarse en la travesía que propone el japonés, donde cada uno puede llamar como quiera.

Murakami despliega un universo particular e inclasificable: un thriller romántico de carácter especial, pre desarrollo informático, bien estructurado, con una mirada fascinante hacia Orwell y su 1984, crítica al sistema mediante mezcla de ficción y realidad, múltiples referencias culturales. La cotidianeidad a merced de la imaginación, personajes inolvidables, un viaje subversivo donde no tiene cabida el simplismo.


lunes, 22 de abril de 2019

VIVIR (Ikiru) (Akira Kurosawa, 1952)


"En este mundo no hacer nada es el mejor modo de mantener su puesto."

'Vivir' (Ikiru) me parece una de las mejores películas que he visto, un relato que intenta dar sentido a la vida humana pero mostrando la estela que se deja en la posteridad. Una vez que conoce el tiempo que le queda hasta morir, pasa por todos los momentos que a uno se les ocurriría al conocer tal noticia, desde el Mefistófeles, ese "diablo" que le presenta el infierno de la vida cotidiana más oscura, el vicio, los suburbios y la degradación, hasta agarrar el clavo ardiendo de una juventud perdida que nunca volverá, terminando en el 'Satori', avistamiento del logro de la satisfacción que es un simple parque para los niños. Una lucha por la que ya merece la pena ser recordado, por pequeña que parezca, pero no es un sueño, es algo que tiene a su alcance y puedo determinar su preciado deseo.

Contado en forma de flashbacks, unos dentro de otros, en tercera persona, como si de un cuento se tratase, rico en detalles y con una puesta en escena sobresaliente. La obra maestra de Akira Kurosawa antes de 'Los siete samuráis' es un compendio de escenas, imágenes y sentimiento que será difícil sacarlo de nuestra memoria. Reflexiva y cargada de melancolía. Takashi Shimura soberbio, posiblemente, el papel de su vida.

Desgarradora denuncia la de Kurosawa, un humanista por encima de todo, a los organismos burocráticos después de la guerra, esas escenas de pasarse el balón entre departamentos es irónica por lo universal que es, y esa deshumanización atribuida a los mandatarios, algo que, por desgracia, es siempre actual.

Basado en 'La muerte de Ivan Ilich' de Tolstoi, Hashimoto y Kurosawa escribieron el guión que, en principio, iba a estar protagonizada por un Yakuza y no por un funcionario público, tornando en una historia más realista y esperanzadora. Shimura padecía dolores de estómago durante el rodaje, justo como el cáncer que representa en la película. Ese tumor era el de mayor incidencia en Japón en la época.
























SUSURROS DEL CORAZÓN (Mimi wo sumaseba) (Yoshifumi Kondô. 1995)


"Debe ser genial saber lo que quieres hacer. Yo no tengo ni idea. Solo voy de un día al siguiente."

Basada en el manga de Aoi Hîragi y guión escrito por Hayao Miyazaki, el único largometraje como director de Kondô, fallecido tres años después, fue el primer gran proyecto de Ghibli sin la batuta de Miyazaki y Takahata en la dirección. Considerada una de las joyas del popular estudio de animación nipón fue la película más taquillera en su año de estreno, destila toda la magia, emoción y delicadeza que nos tienen acostumbrados estos genios del dibujo artesanal.

Podría titularse 'El viaje de Shizuku', evocando a Chihiro, a pesar de que su confección es más cercana a la fantasía onírica representada en Totoro, a través de la imaginación de la protagonista y su pasión por la lectura y escritura. Un viaje iniciático hacia ese paso en la adolescencia, a la maduración y la autorrealización personal, la necesidad de descubrir y encontrar lo que queremos ser en un futuro y la persecución de los sueños. Ambientada en un entorno cotidiano, cargada de detalles del día a día, deslumbra la sencillez en el trato de los personajes y su entorno, ya sea costumbrista o en sus detalles irreales.

La música es un vehículo fundamental en la historia, adquiriendo especial protagonismo. SUSURROS DEL CORAZÓN es una película fundamental, rotura de convencionalismos, una búsqueda personal y universal de libertad hacia las metas individuales. Y, también, del primer amor, si esa persona coge antes que tú los mismos libros de la biblioteca, la satisfacción es aún mayor.



























sábado, 13 de abril de 2019

MAD MAX (George Miller, 1979)


"En algún lugar del futuro cercano."

40 años del western futurista que revolucionó el género de acción a finales de la década de los setenta. MAD MAX es un western. Tiene el mismo argumento, en lugar de caballos montan coches y motos, una suerte de reinvención virando hacia la acción pura y dura, dibujada en forma de cómic americano, con abundante y explícita violencia.

Producción de bajo presupuesto, el director australiano que no dicta ninguna regla en la guerra entre policías y moteros, ambos salvajes. También supuso el nacimiento de un nuevo y reconocido actor: Mel Gibson. El uniforme de cuero y las gafas de sol, el semblante serio de un joven policía frío fue un sello identificativo del "interceptor" Max.

Western de venganza de la década de los cincuenta, personajes y escenarios estilizados como viñetas, violencia sin sentido ante un futuro dramático. Obsesión por el motor como el deterioro de la comunicación.
























lunes, 8 de abril de 2019

LA FORTALEZA ESCONDIDA (Kakushi Toride no San-Akunin) (Akira Kurosawa, 1958)


Aventuras en el Japón feudal del siglo XVI, época de guerras cíclicas, diversión a raudales, acción, dosis de humor, duelos de samuráis, princesas guerreras, persecuciones y, además, un cuento cargado de humanidad y metáforas sobre la codicia, la amistad y la concepción del honor en la tradición del bushido.

El filme de Akira Kurosawa contiene una épica rica en valores con una puesta en escena atractiva, en una aventura de narrativa occidental, ágil, donde siempre están sucediendo cosas y no deja ni un mínimo resquicio al aburrimiento. El director japonés había bebido mucho del western de John Ford y ese estilo lo plasma en pantalla en base a una representación oriental.

Famosa por ser una de las fuentes de inspiración de George Lucas a la hora de confeccionar su archiconocida saga galáctica. Y es que son varios los elementos de 'La fortaleza escondida' en los que se ven reflejados esa deuda de Lucas: Lo primero y más destacable es la cómica pareja de campesinos, la relación entre ambos y conductores del relato. Escenas de persecuciones recuerdan mucho a alguna escena de Endor, la princesa Yukihime por carácter y estilo podría ser Leia, el duelo de lanzas entre los generales Rokurota Makabe y Hyoe Tadokoro, antes amigos y ahora rivales, o la criada que se hace pasar por la verdadera princesa.

Nutrido de guiños como el final, la estructura narrativa, las cortinas laterales entre escenas, el argumento tiene trazos similares junto con ese variopinto grupo de héroes. Podría decirse que 'La Fuerza' reside en esta película Jidaigeki (género al que pertenece, un nuevo guiño de Lucas y sus caballeros Jedis) antes de viajar a una galaxia muy, muy lejana.

Una película de aventuras clásica de gran factura técnica, como nos tiene acostumbrados "el emperador" en sus producciones, con un magnífico Mifune y una encantadora Misa Uehara encabezando el reparto. Diversión 100% con mensaje moral.



























domingo, 7 de abril de 2019

80 aniversario de Francis Ford Coppola. APOCALYPSE NOW (1979)


“Mi película no trata sobre Vietnam. Es Vietnam. Y nuestra forma de rodarla se parece mucho al camino que recorrió mi país en la guerra. Éramos demasiados, teníamos demasiado dinero y demasiado equipo y, poco a poco, la jungla nos volvió locos.”

80º aniversario de Francis Ford Coppola. Apadrino por Roger Corman en sus inicios, redefinió el cine en los años setenta, junto a Steven Spielberg, Martin Scorsese, George Lucas, entre otros, con producciones a caballo entre el cine de grandes estudios y más intimista, cambio de paradigma entre cine clásico y moderno. Cuando realmente alcanzó la gloria fue con 'El padrino' (1972), aunque una de sus películas más emblemáticas, personales y sufridas fue APOCALYPSE NOW (1979).
Una historia inspirada en la novela 'El corazón de las tinieblas' de Joseph Conrad y 238 días de filmación en las selvas de Filipinas repleta de accidentes. Tifones, fuertes lluvias, ataques de guerrillas rebeldes, problemas de corazón de su protagonista Martin Sheen, el sobrepeso de Marlon Brando o la propia salud mental del propio director solo eran algunos de los obstáculos a la hora de realizar la guerra de Vietnam como nunca antes se había visto.

APOCALYPSE NOW está repleta de momentos memorables marcados a fuego en la memoria: el ataque de los helicóperos a una aldea vietnamita al son de 'La cabalgata de las valquirias' de Wagner, "me gusta el olor a Napalm por la mañana" como sentenciaba Robert Duvall o el 'horror' del coronel Kurt. En realidad, la película era una reflexión sobre la naturaleza del mal, una visión casi filosófica sobre los lados más oscuros del ser humano. “La película se había transformado en una metáfora del viaje al interior de uno mismo, lo que obligaba a Francis a enfrentarse a todos sus miedos: miedo al fracaso, a la muerte, a perder el juicio”, explica Eleonor Coppola en el documental CORAZONES EN TINIEBLAS (1991), que relata el largo y problemático rodaje de la obra maestra de su marido.



























sábado, 6 de abril de 2019

LA HISTORIA INTERMINABLE (Wolfgang Petersen, 1984)


"- ¿Cuántos deseos puedo pedir?
- Tantos como quieras. Cuantos más pidas más grande se hará Fantasía."


Basada en la novela de Michael Ende, editada en España un año antes del estreno de la película, fue un punto de inflexión en la forma de soñar a través de la pantalla de toda una generación, gracias, en parte, a la eclosión de los efectos especiales unos años antes de Star Wars. Un tiempo dulce y mágico para los amantes del fantástico, Petersen supo captar perfectamente la esencia de la novela aunque no pretendía sustituir a la misma. 35 años después de su estreno, sigue destilando magia y un mundo de sueños, aunque se nota el paso del tiempo en algunos aspectos del filme.

LA HISTORIA INTERMINABLE era un canto vitalista a la fantasía y la imaginación frente a la monotonía de una realidad obscena.



















jueves, 4 de abril de 2019

TRES COLORES: Azul, Blanco y Rojo (Krzysztof Kieslowski, 1993-1994)


"Quizá sea usted la mujer que nunca conocí."

La trilogía de Kieslowski, su obra más conocida después de su Decálogo, representa los tres colores de la bandera francesa y evoca al lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad" que representa. Según el propio director polaco, vagamente ligada a esos temas, no debe tomarse como referencia literal a la hora de entender cada película, pero sí constituye un elemento representativo de ellos. Un manual de existencialismo, poesía a través del arte visual con exquisita realización, fotografía y música.

Si Azul, la primera de las tres, nos ofrece un ejercicio de pérdida, misterio, muerte y de resultado inquietante, Blanco un amor trágico, "chaplinesco" por momentos, de enroscada trama, creo que el culmen perfecto lo define en Rojo, una conclusión perfecta a esa novela filosófica existencial, de metáforas y toques simbólicos que ha ido desgranando poco a poco con una conclusión intrigante y conmovedora, la luz que desprende su triunvirato. Cierto que esa narrativa pausada (nunca aburrida), de situaciones forzadas y de sugerir más que mostrar puede resultar banal a ojos de muchos espectadores, pero ese aura de magia le da un toque único.

Lazos humanos, la casualidad, la suerte que nos conecta, la vida efímera alrededor del ser y esas frecuencias imposibles de abarcar es el testimonio de Kieslowski para su trilogía de los tres colores.