Esta historia arranca de una
premisa bastante sencilla; una mujer se encuentra atada a la cama, sin
posibilidad de escapar, tras la repentina muerte de su marido mientras
practicaban un juego erótico en su apartada casa de campo.
La virtud de King reside en; con esos escasos elementos de partida y un único
escenario, plasmar una obra que agota y cautiva al lector en todas sus páginas.
Lo agobiante de esta novela es el hecho de observar, como acciones tan simples
como beber u orinar se van convirtiendo en poco menos que hitos imposibles;
debido a las condiciones en que se encuentra la protagonista, al mismo tiempo
que se va mermando su cordura ante la
situación de estrés a la que se ve sometida.
Si hay algo de lo que Stephen King como autor se puede
enorgullecer, es de ser capaz de construir
a la perfección la mente de sus
personajes; los dota de un carácter, un pasado, unas motivaciones y
esperanzas que los hacen muy creíbles y reales a ojos del lector. Y en esta
historia no iba a ser de otra forma; tenemos a un único personaje principal sobre
el que cae el peso de la obra, y conforme avancen las páginas acabaremos
conociendo a Jessie como si hubiera
sido nuestra amiga de toda la vida. Lo
cual crea empatía con el personaje erigiendo una atmosfera perfecta, para que te sientas agobiado ante
las circunstancias que se van dando en esa habitación conforme avanza el tiempo
y la situación se va volviendo cada vez más complicada.
En conjunto es una obra que deja muy buenas sensaciones al lector,
contando también con un par de escenas relacionadas con un perro y
posteriormente con un vaso que se grabarán en tu mente (si lo has leído sabrás a qué
me refiero). Por otra parte es posible considerar que en ciertos momentos la
trama se vuelve lenta, pero en mi opinión no es un defecto; ya que es acorde
con el desarrollo que busca el autor y favorece la atmosfera de tensión presente
en todo momento, aunque sí es posible que al tramo final le sobren algunas
páginas. En definitiva un libro sólido,
cargado de angustia y muy entretenido.
"El viento soplaba. La puerta batía. Y en alguna parte, muy cerca,
una tabla crujió sigilosamente del modo en que crujen las tablas cuando alguien
anda sobre ellas con furtiva ligereza" S. King.
Valoración: [7/10] ★★★★★★★★★★
Rubén.
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