jueves, 7 de septiembre de 2017

Crítica | FLORES ROTAS (Broken Flowers) (Jim Jarmusch, 2005)


Jim Jarmusch convierte un viaje trascendental al pasado más profundo y enigmático en una obra de arte cinematográfica. Bill Murray es ese "avatar" en el que cada espectador deposita los sentimientos que emanan durante este viaje en coche (acompañado de buena música para viajar, por supuesto) en busca de aquellas lejanas mujeres que estuvieron en su vida y que una de ellas, en forma de carta rosa, le ha desmontado su castillo de naipes que era su hastiada vida, comunicándole que tuvo un hijo y que había llegado el momento de que lo supiera. Aquí comienza el trayecto emocional hacia lo remoto.

No había mejor actor para interpretar este papel que Bill Murray. Nadie como él para interpretar la desgana, ese don contemplando hechos asombrosos con absoluta pasividad y claro, creando esa empatía con el espectador en cualquier situación. Un viaje al pasado tan realista que las situaciones las vemos tan cotidianas que asusta: esas reacciones de Sharon Stone, Jessica Lange, Frances Conroy, Tilda Swinton o Julie Delpy son tan auténticas que da miedo. Condescendencia, amargura, felicidad, dudas existenciales, rechazo... es lo que se encuentran esta galería de personajes al ver a ese individuo en el presente abriendo heridas pasadas, donde también tienen cabida las situaciones surrealistas y cómicas. Como la vida misma.

Todo encaja en este puzle ideado por Jarmusch, esta reinvención del mito de Don Juan con este hombre peculiar que dentro del empaquetado de su viaje nos toca descubrir algo más complejo, un guión que está aderezado con líneas ambiguas que dejan libertad de pensamiento y lectura al público. Una joya del cine independiente y de autor a reivindicar.



















 
      Valoración: [8/10]     
★★★★★★★





Paco Garrido

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