viernes, 28 de diciembre de 2018

Crítica | EL EXORCISTA (William Friedkin, 1973)


"Magnífico día para un exorcismo."

'El exorcista' fue la primera cinta de terror nominada para el Oscar a la mejor película, primer bombazo en taquilla de la historia del género y de gran influencia en posteriores producciones. Objeto de una implacable maquinaria publicitaria en su momento, donde Warner Brothers compró los derechos de la novela escrita por William Peter Blatty, guionista y productor del filme, anticipando que sería un Bestseller.

No estaba equivocados, el impacto cultural de la película dirigida por el severo Friedkin desafío las normas que especificaban lo que era aceptable mostrar en pantalla. El crítico de cine Roger Ebert, de puro espanto, afirmó incluso haber perdido su fe en la humanidad: "¿Se ha vuelto la gente tan insensible que necesita películas de tal intensidad para poder llegar a sentir algo?".

Una producción polémica, plagada de muertes indirectas pero relacionadas con el conglomerado, discordias en las posproducción, especulación sobre lo que podía inducir a gente de todas las edades a hacer cola durante horas para ver algo que tenía la virtud de provocar desmayos y psicosis temporal no era algo que deba infravalorarse. Incluso la posesión de Blinda Bair robó los titulares estadounidenses al escándalo Watergate durante un tiempo.

El mal posee el entorno desde sus primeras imágenes en Irak hasta la otoñal Georgetown, recursos estilísticos en un filme con aura especial, emociones fuertes que siguen generando miedo. El maligno puede adoptar las más diversas formas y su entrada en el mundo cotidiano y familiar puede ser terrorífico.




























domingo, 23 de diciembre de 2018

Crítica | HASTA QUE LLEGÓ SU HORA (C'era una volta il west) (Sergio Leone, 1968)


"Quién va a fiarse del que lleva cinturón y tirantes a la vez... si no se fía de sus propios pantalones."

El magistral western de Sergio Leone, primera película del director italiano que sitúa la violencia en un contexto político, contiene todos los elementos estilísticos del Spaguetti Western tan característico.

Concentrado en ese inicio fascinantemente lento, rico en detalles, una mosca y una gotera se convierte en protagonistas del decorado, el silencio, el calor que soportan esos rudos hombres esperando el ferrocarril. Una tensión dramática perfecta: primeros planos, tomas panorámicas del vasto paisaje vacío, diálogos escasos y dilatación del tiempo.

Escribió el guión junto a Bernardo Bertolucci (Novecento) y Dario Argento (Suspiria), especializado en el cine de terror. En el cine de Leone, hasta las escenas más brutales son una obra de arte. La película se comparó con una ópera porque Ennio Morricone compuso un tema musical para casa uno de los protagonistas. Sergio Leone afirmó que su visión era invertir el mito del lejano Oeste, que acostumbraba a hablar de héroes gloriosos, queriendo barrer todas las mentiras que existían sobre la historia de la colonización de EE.UU. Su obra trata de la sangre y el dinero sucio que fluyó en el proceso de civilización del país.

Una de esas novedades era el cambio de rol de Henry Fonda, otrora "el bueno" de los western, y aquí interpretando a Frank, el asesino insondable de ojos azules. "Lo que veréis en esta película no tiene nada que ver con un clásico western de Hollywood", parecía que quería decir Leone al público con la sangrienta primera escena de Fonda. La prostituta de lujo Claudia Cardinale, la sensualidad personificada, ayudada por Armónica y Desperado Cheyenne, extraordinarios Bronson y Robards, forman el cuarteto protagonista en este canto del cisne de un género genuino.

En la actualidad, 'Hasta que llegó su hora' parece un filme perfecto en todos los aspectos: reparto, construcción narrativa, tensión dramática, estética, pausa calculada y primeros planos característicos, inolvidable música, flashbacks, zoom... Leone saca toda su artillería técnica para su ópera western. Incluso su sobresaliente "Trilogía del dólar", parece un estudio previo para una gran jugada definitiva.






















martes, 18 de diciembre de 2018

Crítica | GARRAS HUMANAS (The Unknown) (Tod Browning, 1927)


Por aquí traigo una obra circense pionera que fue eclipsada por 'Freaks' (La parada de los monstruos, 1932) del mismo director. No es que no tenga nada que envidiarle, sino que, personalmente, me gusta incluso más. The Unknown tiene un toque adulto que invita a reflexionar, lejos de buscar la comedia o el chiste. Con esto no quiero decir que 'Freaks' no sea impresionante...sólo quiero reivindicar esta antecesora de la que bebe mucho. 

Consta de un reparto tremendo con una jovencísima Joan Crawford y un veterano y carismático Lon Chaney. Además, la fotografía es maravillosa y la historia engancha de principio a fin. Una producción fácil y amena de ver e ideal para los principiantes del cine mudo por su escasa duración (65 min).

Creo que lo que me fascinó realmente de este largometraje fue el personaje tan currado de Crawford. Una chica que me recordó a la espléndida Deneuve en 'Repulsión' (Polanski, 1965). Siente real miedo hacia todo acercamiento físico y, literalmente, sale corriendo cada vez que un hombre la toca. Su guionista (Waldemar Young) deja entrever, entre las líneas de una época conservadora y dominada por hombres, que la joven ha sido maltratada y abusada sexualmente. Por esto, consigue mi total respeto. Estamos hablando de una época en la que la mujer aparecía en el cine como una simple figurante o como la tonta de turno.

Por otro lado, lo de Chaney es brutal. Pocos como él conseguían hacer de villano tan bien. Representa a un personaje frustrado movido por el odio y que hace todo tipo de fechorías (incluso atentando contra sí mismo) para conseguir lo que quiere. 

En definitiva, os recomiendo esta magnífica producción muda que supone una gran exploración de la psique humana, del deseo de venganza y posesión innatos del ser humano y de la representación de los peores sentimientos que todos llevamos dentro (en mayor o menor medida).


domingo, 16 de diciembre de 2018

Crítica | LA GRAN ILUSIÓN (La Grande Illusion) (Jean Renoir, 1937)


"Las fronteras las dibujan los hombres. A la naturaleza le da igual."

La obra maestra de Jean Renoir es uno de los pocos filmes antibelicistas que realmente merecen este calificativo. Renoir narra su historia, combatiente en la Primera Guerra Mundial en la división aérea, renunciando al espectáculo de la guerra, omitiendo cualquier lluvia de acero, y mostrando su visión humanista y pacifista del conflicto, mediante el barracón de un campo de prisioneros oficiales y aristócratas donde están representados los estamentos sociales.

Una película de guerra sin guerra. Las barreras entre clases se difuminan, las fronteras y los conflictos entre países quedan en circunstancias arbitrarias. 'La gran ilusión' queda en un estudio sociológico: en prisión todos se sientan a la misma mesa.
 
El microcosmos que elabora Renoir plantea diversas tragedias humanas en forma de melodrama. El amor no entiende de bandos. La camadería y admiración representada en forma de la única flor que crece en una fortaleza sobre el cadáver del enemigo, un enemigo que se trata con respeto y que simboliza el vínculo íntimo que une a los miembros de la misma clase social por encima de las fronteras nacionales.

Una película a punto de desaparecer, perseguida y rescatada por puro milagro. En 1937, se intuía que una nueva guerra mundial era una posibilidad muy real. El mensaje pacifista de la película hizo que fuera prohibida en los países dominados por regímenes fascistas. Incluso en Francia, algunos la calificaron de colaboracionista y otros de "demasiado patriótica" (esa emotiva marsellesa anterior a 'Casablanca'). Goebbels, ministro de propaganda nazi, llegó a calificar al director como "enemigo cinematográfico número 1". Mientras Roosevelt defendió la cinta con vehemencia, asegurando que todo demócrata debería verla. Primera cinta extranjera en estar nominada a mejor película en los Oscars.

Clásico del realismo cinematográfico. Potente, conmovedor, libre de clasicismo y ortodoxia. Renoir dibuja un relato donde la aristocracia está en peligro de extinción, mientras las demás clases sobreviven. Las amistades en tiempos de guerra no son más que una hermosa y gran ilusión.



























jueves, 13 de diciembre de 2018

Crítica | ALABAMA MONROE (Felix Van Groeningen, 2012)


"- Alabama.
- ¿Alabama?
- Sí, he cambiado de nombre, como hacen los indios cuando ellos quieren. En fin, cuando sienten que han superado una etapa de su vida.
- Dime, Alabama... ¿Puedo hacerte una pequeña pregunta? Yo, ¿quién soy? Si tú eres Alabama, ¿quién soy yo?
- Monroe."

Aquí traigo una producción belga que consigue quedarse en el cerebro del espectador y que nunca olvide ningún detalle. Es de esas películas poco comunes...de las que llegan directamente al corazón y atrapan a todo el que la vea.

Nominada a Mejor Película de Habla no inglesa en los Óscar de 2013. Dotada de una banda sonora country ESPECTACULAR que ocupó los primeros puestos en las listas belgas. Una maravilla de principio a fin. 

Groeningen no se estanca en la típica historia de chico conoce a chica y se enamoran. Ni tampoco se limita a describir una enfermedad tan poco estudiada (a pesar de las apariencias políticas) como lo es el cáncer, sino que nos coge de la mano y nos permite conocer a los personajes con viajes temporales de lo más deslumbrantes acompañados de buena música, tatuajes, sexo y alcohol.

Una dura crítica hacia la religión y el encubrimiento de la sociedad capitalista sobre el avance de la ciencia y la medicina. Un egoísmo al alcance de unos pocos privilegiados en pro de la sociedad más humilde. 

La pareja protagonista son la noche y el día y eso es lo que le da sostenibilidad a la trama. Ella (Veerle Baetens), una chica alocada llena de tatuajes pero con una fe férrea que le hace darle sentido a su vida. Él (Johan Heldenbergh), el líder de un grupo country que cree en el Carpe Diem y tiene ideas liberales y, en ocasiones bastante críticas contra el sistema occidental. Ambos, realizan interpretaciones sobresalientes (todo hay que decirlo).

A años luz de ser una película más que venda lágrimas de pega y ensalce un sensacionalismo barato.



miércoles, 12 de diciembre de 2018

Crítica | MOUCHETTE (Robert Bresson, 1967)

Si por algo se caracterizaba Bresson era por trasladar a la gran pantalla todo tipo de seres marginales (desde un carterista hasta una niña indefensa). Aquí traigo una de las gigantes del cine clásico francés, dotada de un realismo especial que recuerda con gran intensidad el ambiente social de los típicos pueblos donde el chismorreo y la falta de moralidad están a la orden del día.

He de decir que Nadine Nortier (Mouchette) realiza un papel espectacular que hace que el espectador no sólo se introduzca de lleno en su historia, sino que sienta el mismo odio que ella siente por el acoso y tortura diarios.

Con escenas muy bestias para la época (y para la actualidad). Violación, maltratos, humillación y acoso van cogidos de la mano en esta historia. Pocas veces he visto mejor representada la pobreza extrema. Aquí, el personaje típico "del tonto del pueblo" cobra más fuerza que nunca.

De la mano de Mouchette, podemos observar la evolución desde su estado inocente innato hasta una progresiva agresividad e ira manifestadas por la constante opresión de un pueblo caracterizado por su nula empatía.

Recomiendo esta gran producción dotada de un final casi poético (que no deja indiferente a nadie) y una fotografía maravillosa de Ghislain Cloquet. Si os apetece profundizar en el cine clásico francés social, esta es vuestra película. Me quito el sombrero imaginario.



Crítica | EN EL NOMBRE DEL PADRE (In the Name of the Father) (Jim Sheridan, 1993)


"Lucharé. ¡En el nombre de mi padre, y en el de la verdad!"

Daniel Day-Lewis me parece un actor sencillamente prodigioso, y su retrato enérgico de Gerry Conlon en el filme de Sheridan es magistral. Un actor que se prepara sus papeles a conciencia: mantuvo largas entrevistas con el verdadero Conlon y se encerró varios días en una celda para sentirse físicamente abatido.

El caso de los cuatro de Guildford y la exploración de la relación entre padre e hijo. La ley y el individuo mezcla relaciones paralelas entre ambos, compartiendo celda e inocencia. Es una película-denuncia inteligente, dirigida con pasión y sobriedad. La narrativa está dividida en estas dos partes. Maneja muy bien el ritmo, sirviéndose de la música que lo hace trepidante. Romanticismo, poesía desgarrada, lucha y apegamiento a las raíces, son elementos de la literatura irlandesa que se ven en esta obra.

La película cuenta uno de los episodios más vergonzosos de la justicia británica. La prensa y sociedad se sintieron atacados por un filme que dirigía un irlandés como Jim Sheridan, aunque nunca hubo denuncias al respecto. 1974, Irlanda del Norte e Inglaterra sufrían violentas olas del IRA. Cuatro jóvenes inocentes que estaban en el sitio equivocado sirvieron como cabeza turca para las autoridades mientras los culpables estaban en libertad.

EN EL NOMBRE DEL PADRE es una de las mejores películas de los noventa. Todo raya a un nivel más que notable destacando las magníficas interpretación y el sólido guión de Terry George y el propio Sheridan. Muy emocional.




























martes, 11 de diciembre de 2018

Crítica | GRAN TORINO (Clint Eastwood, 2008)


"¿Nunca os habéis cruzado con alguien a quien no deberíais haber puteado? Ese soy yo."

Clint Eastwood apuesta por la sencillez, tanto de puesta en escena como de guion, para su modélica y estupenda despedida personal. O eso parecía. Una película de corazón, una mirada atrás al pasado y un recorrido por todos sus personajes, el último canto del cisne del gran pistolero. No es una obra maestra, ni su mejor película, pero el cascarrabias Walt Kowalski deja huella y confecciona un filme notable.

Transmite muchísimo. Personalidad y emoción, la soledad, la pérdida, la incomprensión. El último tren del hombre sin nombre, la remisión del justiciero con una fascinante sensibilidad y oculta vulnerabilidad. Narración directa, sin adornos ni grandezas. Empieza con la muerte y termina con la muerte. La familia y la sangre. Un personaje tremendamente difícil, todas las relaciones están muy bien trazadas. Un relato fordiano moderno.

Clint Eastwood convierte GRAN TORINO en su última gran obra. El sueño es ese Ford Torino, que no conduce para que ese sueño no se desvanezca. Su presencia es del todo indiscutible, una historia de redención y el dibujo muy personal del héroe que supone su autohomenaje como actor. Un ajuste de cuentas con su pasado, además de una lucha contra sus prejuicios. Imprescindible para fans del Eastwood actor y director.




























lunes, 10 de diciembre de 2018

Crítica | EL CAZADOR (The Deer Hunter) (Michael Cimino, 1978)


"¿Quieres jugar? De acuerdo, participaré en tu jodido juego."

El segundo filme de Michael Cimino fue un éxito comercial a pesar de centrarse en la pérdida de la inocencia por parte de los estadounidenses en la guerra de Vietnam. Calificada tanto de obra maestra como de ofrecer una visión de forma simplista, cuando no racista, de presentación de los asiáticos.

Alegoría estrecha de hechos históricos y experiencia a través de individuos sin prestar atención al contexto social. El hecho de que se muestre a los americanos como víctimas despertó protestas sobre todo en Europa. Ganadora de cinco Oscars, incluido mejor película y mejor dirección.

La narración está dividida en tres actos bien diferenciados. La boda antes del alistamiento es un retrato de melodrama doméstico. La parte central de esta epopeya se desarrolla en Vietnam. El desprecio por la vida humana, propio de cualquier guerra, el odio, la impotencia, el miedo y el orgullo concentrado todo en el símbolo de la ruleta rusa. Secuencias en Saigón extraordinarias, conmovedoras e insoportablemente tensas que se hayan filmado, momentos eternamente mágicos del cine. Imágenes que siguen impactando. Mientras, el tercer acto, termina siendo una historia de desarraigo de lo que fue un hogar y la destrucción de una amistad.

La entonación de ese himno 'Good Bless América' en la taberna se canta de un modo poco triunfal. Irónicamente, un comentario desconsolado y conciliador sobre el heroísmo, cobardía, ignorancia y ciega celebración de patriotismo sensiblero. A priori, parece una historia sobre unos obreros que son llamados a cumplir con su deber cívico, mientras Cimino se centra en el subtexto sobre la clase guerrera y su asimilación en la vida civil.

EL CAZADOR se sostiene por un grupo de actores de primer nivel extraordinariamente en forma: De Niro, Steep, Walken, Cazale, Savage. Gran cine épico gracias al formidable trabajo de fotografía de Vilmos. La patria. La identidad. Cimino proporciona una descripción delicada, exacta, controvertida y con secuencias inolvidables de la sociedad estadounidense antes, durante y después de Vietnam.




























sábado, 8 de diciembre de 2018

Crítica | EL PRECIO DEL PODER (Scarface) (Brian De Palma, 1983)


"En este país, primero haces dinero. Cuando tienes dinero, te haces con el poder. Y cuando tienes poder, tienes mujeres.

¿Sabes lo que es el capitalismo? ¡Que te follen!

¡Vamos!, ¡abran paso al malo!, hay un tipo malo entre nosotros."


La lindeces de un inolvidable e histriónico Alfredo Jacob Pacino, el Tony Montana esnifador de montañas de cocaína, lejos de su imagen de Michael Corleone pero diseñando otro mafioso de época. Se narra su ascensión y caída como gángster moderno con un estilo espectacular y estridente. Una gran narración al estilo clásico, catártica y apocalíptica, comprende que el delito y asesinato son la mejor manera de salir del gueto de la inmigración.

De Palma se había comprometido para dirigir FLASHDANCE, pero la dejó por el remake actualizado de SCARFACE (Howard Hawks, 1932) convencido por la solidez del guión de Oliver Stone e insuflándole un estilo sangriento, excesivo, atroz y con un acabado brillante. La quintaesencia del estilo De Palma. Un tratado sobre las frágiles condiciones del poder político, añadiéndole una dimensión que transforma el modelo original de Hawks.

Los críticos definieron EL PRECIO DEL PODER como la primera película épica posmoderna sobre gángsteres. No exenta de polémica, fue recibida con duras críticas, la mayoría por las numerosas escenas de violencia explícita. El cineasta no pierde la oportunidad de destacar la música y la moda de los setenta como contrapunto.

De Palma lleva hasta un melodramático extremo el tema clásico del mundo del delito: obsesión del antihéroe por el control, siempre entre tiburones y viendo enemigos por todas partes. El canto del pájaro enjaulado, la conquista y elevación de un imperio que pronto fracasará por culpa de las drogas, el alcohol y la egolatría. El precio del poder es la paranoia.

Montana destruye todo lo que ama, los poderosos de este mundo ni siquiera necesitan ser corruptos para beneficiarse de la delincuencia organizada. El SCARFACE de De Palma, Stone y Pacino es uno de los filmes más influyentes de los ochenta y de los más controvertidos de la historia. Provocación en la era económicamente neoliberal de Reagan.




























miércoles, 5 de diciembre de 2018

Crítica | SERPICO (Sidney Lumet, 1973)


"Conozco a seis policías que dispararían a Frank Serpico."

Film basado en la vida de Frank Serpico, oficial de policía cuya integridad y rectitud provocó una honda crisis en el cuerpo de Nueva York. Su negativa a aceptar sobornos y tras sufrir varias presiones que a punto están de acabar con su vida, decidió testificar para la "Comisión Knapp", que investigó la corrupción policial.

1973, año clave, que no memorable, en la historia contemporánea estadounidense: Watergate, Vietnam, crisis institucionales, administración de tienes Kafkianos... Los ciudadanos perdieron la inocencia y comenzaron a despertarse del sueño americano para darse cuenta que, en realidad, era una pesadilla.

Frank Serpico, un Quijote moderno, enfrentado a unos molinos de viento muy reales. Interpretado por un excelso y combativo Al Pacino, que venía de triunfar en la película de año, EL PADRINO. Como coinciden muchos críticos, la obra maestra de Coppola le convirtió en actor (Coppola y Brando eran la identificación), pero SERPICO hizo de él una estrella.

El productor, Martin Bregman, apenas quería acción, más bien se centra en el intenso retrato psicológico del personaje, progresivamente trastornado por una encrucijada surrealista con un poso de denuncia. Anhelaba desmarcarse del HARRY EL SUCIO (1971) de Eastwood y Siegel, el hombre perfecto para dirigir era el veterano Lumet, que se movía con especial comodidad y agilidad entre juzgados y comisarías.




























martes, 4 de diciembre de 2018

Crítica | EL SILENCIO DE UN HOMBRE (Le Samouraï) (Jean-Pierre Melville, 1967)


"¿Usted qué piensa? - Yo no pienso."

Jean-Pierre Melville y su exquisita radiografía de la soledad. "El cineasta europeo más americano, y el americano más europeo". Bebe de las fuentes del cine clásico, pero con su estilo propio, su universo cinematográfico es muy alemán en el fondo y muy francés en la forma, mediante un trasfondo del Noir americano y, sobre todo, del western.

Incluso, LE SAMOURAI, recuerda a los atributos constituyentes de la cultura asiática clásica. El samurái, la soledad, el harakiri, los códigos de honor.

Economía de medios y austeridad en esa París decadente, a golpe de jazz en clubes luminosos, acompañado de ese órgano triste evocador del terror. Jeff Costello, el profesional, con el rostro gélido de Alain Delon, la historia de un silencioso fantasma en un poema desgarrador. Elegancia superlativa. Un sueño mitómano, bajo sombrero y gabardina, en una época que no es la suya. No menos influyente que la ambientación oscura que pesa sobre los personajes gracias a la gris frialdad de la fotografía de Henri Decae, representa hermetismo metálico.

Melville está considerado el gran fundador del Polar, respetado por la Nouvelle Vague. La diferencia más significativa entre ambas es que Melville plantea historias más minuciosas y planificadas, cerca de Bresson y Dreyer, mientras el movimiento de Truffaut y Godard es más espontáneo. Comulgan en elementos estéticos, ahí está Decae y su magistral dirección de fotografía como eslabón.

Cine experimental, minimalista, moderno, sin amor y con demasiada realidad. 'El silencio de un hombre' es una película sobresaliente. Una de las cumbres del Polar francés, la historia de un hombre con un solo camino, clasícista y vanguardista a su vez, dotada de lirismo, soledad y muerte. Un filme estéticamente especial, rompedor, de obligado visionado.




























Crítica | HIROSHIMA, MON AMOUR (Alain Resnais, 1959)


"Y vendrá un tiempo. Vendrá un tiempo en que ya no sabremos dar un nombre a lo que nos una. Su nombre se irá borrando poco a poco de nuestra memoria. Y luego, desaparecerá por completo."                                                                            
Hoy traigo una de las películas más complicadas que he visto a nivel emocional. Creo que nunca se está del todo preparado para la dirección de Resnais. Consigue cautivar y golpear donde más duele. No es una película de extremos, de gusta o no gusta, de aburrida o no...es una producción que pocos pueden llegar a entender y menos si nunca se ha perdido.

De la mano del impresionante guión de Marguerite Duras, Resnais nos adentra en un escenario despiadado. Dos personas totalmente diferentes se conocen en Hiroshima, pero esto va más allá de una historia de amor. Es el despertar de una pesadilla. Es de esas historias que desgarran por dentro cuando las ves y que, cuando las finalizas, dejan un sentimiento que difícilmente desaparece.

Nos regala un recorrido a través de las calles de Hiroshima (con una excelente fotografía y posición de planos) y su triste espectáculo nuclear, pero a la vez nos traslada, a través del recuerdo de Emmanuelle Riva, a la Europa más decadente asolada por la Segunda Guerra Mundial y a cómo fue la tortura psicológica antes, durante y después.

Obtuvo un gran éxito de crítica y supuso la consagración de la espectacular Riva, con una interpretación sobresaliente y difícil de olvidar. Más tarde, regalaría otro papel mítico bajo la dirección de Haneke en su película 'Amor' (2013).

Una actriz francesa se encuentra en Hiroshima para formar parte de un largometraje que quiere representar el horror y concienciar a la sociedad occidental del mal que ha hecho. En su último fin de semana conoce a un japonés y surge algo más que el típico enamoramiento de las películas clásicas. A través de él, ella recuerda su pasado y por qué dejó atrás a su familia y a su pueblo. En él, ve reflejado todo lo que quiso y no pudo ser.

Esta película representa el intento de vivir el presente e intentar corregir el futuro a través de un recorrido por el pasado y la apertura de su correspondiente caja de Pandora. La recomiendo porque no deja indiferente y porque es una producción de otro nivel no sólo a nivel europeo, sino internacional.


domingo, 2 de diciembre de 2018

Crítica | LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC (Cat on a Hot Tin Roof) (Richard Brooks, 1958)



"- Estoy mucho más decidida de lo que crees... y al final ganaré.
+ ¿Qué ganarás? ¿Cuál puede ser la victoria de una gata en un tejado de zinc caliente?
Seguramente continuar en él mientras lo resista."

Estamos ante una película de suma importancia no solo por su historia y su excelente reparto, sino por la masacre que la industria hizo al guión original de la famosa obra de Tennessee Williams. La obra de teatro de Williams ganó el premio Pulitzer de Drama en 1955. Es la más famosa y favorita del autor. Un canto a la libertad homosexual y a la liberación.

A pesar de ser una de las grandes del cine, podemos observar lagunas en el guión provocadas por la terrible censura. Leves alusiones al pasado del protagonista con su mejor amigo, pero enfocadas hacia una relación posesiva más que a una relación romántica. Excepto por algunas intervenciones (que se agradecen como nunca) en las que diferentes personajes hacen referencia a la homosexualidad del personaje de Newman, podríamos decir perfectamente que la película trata sobre celos y que él está enamoradísimo de su mujer, pero piensa que ella le ha sido infiel. Vamos, que se nota la pelea ideológica y el interés casi enfermizo en poner al hombre como macho dominante y a la mujer como esclava lasciva.

Paul Newman pensaba que el largometraje era fiel a la obra y cuando se enteró de las palpables diferencias, expresó su disgusto a la directiva. Como dato importante y para darle más énfasis a la argumentación, he de decir que Tennesse Williams era homosexual y al atacar a su personaje, también lo atacaron a él.

Con todo, Brooks consiguió darle un giro a este problema y no sólo llegó al corazón de miles de hogares americanos, sino que ha perdurado a lo largo de la Historia del cine posicionándose como un clásico indispensable que gana adeptos con el transcurso de los años. 

La recomiendo fervientemente ya que representa una oda hacia la famosa locución latina 'Carpe Diem' de Horacio. Un jaque mate a la superficialidad y a la mentira de la burguesía en pro de una vida humilde que se cimiente sobre pilares de amor y bienestar propio.



sábado, 1 de diciembre de 2018

Crítica | VIDAS REBELDES (The Misfits) (John Huston, 1961)


"Todos tenemos que morir de una forma u otra. Es tan natural como vivir. Se afronta la vida y debe afrontarse la muerte."

Fue un rodaje largo, caro y complicado en Nevada. Bajo un sol de justicia y con los problemas de Marilyn Monroe, que acarreaba con su personaje los rasgos personales de la actriz: miedos, inseguridades, extrema sensibilidad, frustración... También acarrea el dudoso honor de cinta maldita, ya que Clarke Gable y Monroe murieron poco después de terminar el rodaje de VIDAS REBELDES.

Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift junto con secundarios de lujo como Eli Wallach y Thelma Ritter, dirigidos por el indomable John Huston, música de Alex North y guión de Arthur Miller, confeccionan un contenedor de grandeza extraordinario.

Las descripciones de las circunstancias de estos personajes son los pasajes más logrados del filme. Una existencia nómada, de trabajo temporal, la falta de dinero y el exceso de alcohol, el obstinarse en la ilusión de la libertad individual.

Un grupo de incomprendidos, corazones solitarios, cambian las circunstancias humanas como si de un curioso epitafio alumbrado de contradicciones se tratase. El guión de Miller fue un regalo para su mujer Monroe, ese personaje inquieto, que en el fondo sigue siendo una pura historia de hombres. Es irónico que, en THE MISFITS, Monroe tenga sus mejores escenas cuando pudo mostrar aquella vitalidad natural que le hizo famosa. No obstante, la estrella indiscutible es Clark Gable. Dando una lección interpretativa gracias a su veteranía.

VIDAS REBELDES es un drama de aventuras sólido y de alta tensión, emocional y explosivo, cargado de habilidad técnica y un enfoque cinematográfico singularmente honesto y directo. Un cambio de vida, el fin de la era de los Cowboys, cuyas mejores épocas pasaron hace mucho tiempo. La justificación algo desvalida de un estilo de vida obsoleto, en el que percibimos en primera fila su extinción. "Cuando sonríes, sale el sol."




























Crítica | EUROPA '51 (Roberto Rossellini, 1952)


Esta producción marca un punto de partida distinto dentro del Neorrealismo ya que en principio no iba a centrarse en la situación socio-política de la Italia de la posguerra (en concreto, Roma), sino en el ambiente europeo general. De hecho, inicialmente estaba previsto su rodaje en París.

A pesar de que los críticos hacen especial hincapié en la famosa trilogía neorrealista de Rossellini: "Roma, città aperta" (1945), "Paisà" (1946) y "Germannia, anno zero" (1948), 'Europa 51' supone un antes y un después en su cine. Es un momento de ruptura con toques americanos y todo gracias a la participación de la grandiosa Ingrid Bergman.

Debo decir que con esta película Bergman consiguió recuperar su estatus de gran estrella. La imagen de esta diva escandinava se vio profundamente afectada tras su primera colaboración con el gran Rossellini en 'Stromboli, terra di Dio' (1950). Salió a la luz la relación romántica que surgió entre el director y la artista durante el rodaje y ambos fueron acusados de adulterio, a Bergman se le prohibió pisar tierra americana y 'Stromboli' fue un rotundo fracaso en taquilla. Fueron sentenciados por la crítica y la sociedad del momento y, después del éxito de 'Europa '51' a nivel internacional, fueron "perdonados" y apoyados en sus posteriores colaboraciones.

La trama nos presenta a una familia burguesa estadounidense que lleva una vida acomodada en Roma. Todo se tuerce cuando el único hijo de la pareja se suicida. En este punto encontramos la fractura de un ambiente aparentemente perfecto en el que las apariencias y el dinero son el motivo esencial de fusión familiar y social.

A partir de aquí, la madre del niño (Bergman) intenta conseguir el perdón de su hijo ayudando a los más desfavorecidos. Pero cuánto más se adentra en los suburbios italianos, más consigue profundizar en la raíz, no solo de su problema personal, sino del origen del mal europeo. Rossellini nos regala una tremenda visión de la Italia destruida de posguerra y nos permite navegar en las profundidades del infierno.

Con un desenlace aterrador, consigue que el espectador observe de cerca la diferencia entre clases sociales, el abuso de poder, la incultura, la falta de compasión hacia nuestro prójimo y, no menos importante, la reducción de la figura de la mujer a un simple complemento de compañía.




viernes, 30 de noviembre de 2018

Crítica | CUSTODIA COMPARTIDA (Jusqu'à la garde - Xavier Legrand, 2017)


Legrand entra por la puerta grande con una ópera prima digna de máxima consideración. Esta producción ha llegado hasta nosotros gracias a un corto de 2013 (realizado por el mismo director) llamado 'Antes que perderlo todo' (Avant que de tout perdre), que actúa como precuela de este largometraje (al aparecer el mismo elenco y temática) y que fue nominada a los premios Oscar del mismo año.

Atrapa desde el primer segundo y hace que el espectador no sólo empatice con los personajes, sino que realmente sufra cada gesto y se desespere ante la impotencia que provoca este tipo de situaciones tan violentas y, por desgracia, cotidianas.

No es una simple película sobre el maltrato doméstico... Legrand va más allá criticando la falta de seguridad y apoyo hacia la víctima por parte de la justicia y el Estado y nos demuestra que el verdadero terror podemos encontrarlo en nuestro círculo cercano.

Uno de los puntos a su favor es que no se limita a abordar la trama de forma excesivamente dramática. Él nos regala un espectacular thriller lleno de suspense y escenas violentas. No quiere que lloremos, ni que nos compadezcamos...él quiere que nos concienciemos del grave problema que supone el acoso y abuso familiares. 

Por último, me gustaría destacar la maravillosa escena final (por todo lo que conlleva) y la actuación de Denis Ménochet (el padre maltratador), que es simplemente espectacular. Ojo con este director porque ha llegado pisando fuerte para conseguir una estancia de larga duración sin pase de salida.








jueves, 29 de noviembre de 2018

Crítica | LA LISTA DE SCHINDLER (Steven Spielberg, 1993)


"No trabajé durante tres años después de rodar 'La lista de Schindler' porque el tema de la película me afectó emocionalmente y de una manera tan significativa que cambió mi vida." Spielberg.

Obsesionado con llevar al cine el libro 'El arca de Schindler' de Thomas Keneally y tras conseguir un taquillazo con 'Parque Jurásico', Spielberg se sintió con derecho a abordar el proyecto más personal de su carrera. No sólo cumplió con un reto personal, también consiguió el reconocimiento tanto de crítica como de público, su historia cinematográfica es una de los mejores obras del siglo XX.

El blanco y negro de la fotografía de Kaminsky, una imagen sublime con una fuerza poco común en el cine moderno. Inolvidable esa niña del abrigo rojo. Tanto como los violines de John Williams, elaborando una partitura para el recuerdo. El guión bien construido de Zaillian y el talento de dirección de Spielberg en su máxima expresión. Talentos exprimidos y puestos a disposición de este desgarrador documento histórico, aunque no sea 100% riguroso.

La fascinante historia de Oskar Schindler, un hombre de negocios nazi que salvó la vida de más de cien mil judíos polacos, mantiene el interés y la emoción durante todo el desarrollo de esta cinta intemporal. Spielberg estaba más empeñado en dotarla de una relevancia contemporánea antes que un testimonio de un periodo histórico. La mayor parte fue rodada cámara en mano al objeto de rodearla de una atmósfera y estética documental.

La convincente interpretación de Liam Neeson como Schindler nos acerca al espíritu del nazismo, mientras el sutil Ben Kingsley, su contable judío, es el vehículo ideal para adentrarse en la idiosincrasia del pueblo judío polaco. La potente interpretación de Ralph Fiennes, director del campo de concentración, se complementa a la perfección por su capacidad para explotar el glamour del poder absoluto y la gran vida, la maldad sexual, de los circuitos nazis.




























martes, 27 de noviembre de 2018

Crítica | EL ÚLTIMO EMPERADOR (Bernardo Bertolucci, 1987)


"Si no puede decir lo que piensa, Majestad, nunca pensará lo que diga; y un caballero siempre tiene que pensar lo que dice."

Basada en la autobiografía de Pu Yi, y asesorado por el hermano del antiguo emperador, Bertolucci elabora la ambiciosa historia del último emperador chino desde su nombramiento a los tres años de edad al trono en 1908 hasta el 1967, pleno apogeo de la Revolución Cultural. Ganadora de 9 Oscar, incluido mejor película.

La fotografía de Vittorio Storaro es sublime, colaborador habitual de Bertolucci y especializado en grandes producciones cinematográficas, donde muestra colores cálidos para flashback y azul glacial para los años de conflicto, en los diferentes puntos esenciales del filme. Fue el primer equipo de rodaje occidental al que se le permitió pisar la Ciudad Prohibida. La Ciudad Prohibida es un remanso de quietud en la inmensidad del tiempo, encerrada entre los muros de la tradición, un oasis de arquitectura colosal apartado del mundo exterior.

Ese hermetismo cultural y social queda patente a través de un aspecto visual y de ambientación impresionante: Eunucos, damas de la corte, lacayos, ceremonias, el títere político... con cierto toque poético y académico. Importante el personaje de Peter O'toole, el primer representante de la modernidad que entra en la jaula dorada.

El relato cercena radicalmente la vida de un ser humano, el drama de Bertolucci resulta también como documento histórico y de actualidad, refleja aspectos definitorios de la historia reciente. Adquiere fuerza y credibilidad por el hecho de que varios capítulos dramáticos están asociados a la historia personal del emperador.



























lunes, 26 de noviembre de 2018

Crítica | UN PEZ LLAMADO WANDA (Charles Crichton, 1988)


"¡Me encanta robar a los ingleses! ¡Son tan educados!"

Exclama Otto, el personaje más arrollador del filme (con Oscar incluido), interpretado por un indomable Kevin Kline. Un macho cabrío con rasgos de psicópata y una debilidad funesta por Nietzsche, con la saludable costumbre de tener una buena opinión de sí mismo. Utiliza las técnicas de relajación de los monjes budistas para aumentar su agresividad, piensa disparando, los celos lo vuelven loco y mejor no lo llames estúpido... Todo un personaje que nos enseña un método poco ortodoxo de cómo practicar la tortura con una ración de patatas fritas y una fruta.

Esta éxitosa comedia de costumbres sobre las poco sutiles diferencias culturales entre ingleses y norteamericanos radica en el tratamiento de la sátira combinado con el humor negro, cruel e irreverente. Una sátira de la vida real. Un puzle donde encajan diversos estilos.

El punto fuerte es su colección de personajes excéntricos que van de una situación embarazosa a otra. La triunfal revalorización de Curtis como actriz cómica, los gags constantes de John Cleese (coguionista junto a Crichton) y Michael Palin, alumnos de Monty Python y siguiendo ese espíritu macabro, irreverente y llenas de debilidades "típicamente británicas", con un marcado fatalismo.

La película destila el espíritu de una clásica comedia de los estudios Earling, míticos estudios situados en un barrio en las afueras de Londres. Especializados en comedias de los sueños y "el hombre de la calle", películas sarcásticas y con humor negro que siempre tenían un fondo cariñoso.

No es casualidad que el personaje de John Cleese, Archie, lleve el nombre real de Cary Grant como homenaje a las "Screwball", manteniendo la esencia de aquellas comedias locas que predominaron en Hollywood durante las décadas de los treinta y cuarenta.




























sábado, 24 de noviembre de 2018

Crítica | BALAS SOBRE BROADWAY (Woody Allen, 1994)


"Para mí el amor es algo profundo, el sexo solo tiene que alcanzar unos centímetros."

Aquel maravilloso Allen de los noventa, que metió 7 nominaciones a los Oscar entre CADENA PERPETUA, PULP FICTION, ED WOOD, FORREST GUMP, etc. dando a Dianne West su segunda estatuilla tras la magnífica HANNAH Y SUS HERMANAS unos años antes.

Woody Allen disecciona, con su característico estilo, mordaz y dinámico, cargado de frases ingeniosas y disparando cuál revólver de lo cómico, un trama que combina gánsteres y el proceso creativo de una obra de teatro en el Nueva York de los años 20. Una singular imaginación teatral en un conjunto que acaba resultando una aguda reflexión sobre la creatividad.

Un elemento esencial del cine del realizador neoyorquino es la elaboración de personajes. Todas sus películas tienen un tono coral que destila sutileza y aporta el espacio suficiente a cada actor, una baza importante en esta cinta. Enmarcados en una convincente ambientación de época, apuntalada de humor negro, a veces tontorrón pero efectivo, y su reiterada expresión hacia lo filosófico.

No es la mejor película de Woody Allen, ni pretende serlo. BALAS SOBRE BROADWAY es pura diversión, agilidad y dinamismo de guion dentro de la comedia negra, que se ve y disfruta con una sonrisa permanente.



























viernes, 23 de noviembre de 2018

Yasujirô Ozu (1903-1963), la percepción mundial de un estilo único a través de 'Cuentos de Tokio'


"Mi madre enfermó repentinamente. Inmiscuido en las nimiedades de la vida mundana, llegué más tarde que la muerte, sin poder despedirme. Me persiguió esa sensación de mezquindad y egoísmo, que intenté plasmar en los personajes de mi película (Cuentos de Tokio)."

Si Mizoguchi es el que más ha explorado las tradiciones y el folclore nipón, Kurosawa el más vanguardista y occidental, Kobayashi el moralista y pacifista, Yasujirô Ozu está considerado el cineasta "más japonés" del grueso de la época dorada. Y, como tal, su trabajo era raramente mostrado en el extranjero antes de la década de los sesenta. Querido en su país, sus filmes siempre estaban entre los primeros puestos de los más vistos por el público.

Como director era perfeccionista. Su trabajo se define por dos rasgos: el interés por la vida y los problemas de las familias de clase media, y por un estilo cinematográfico único, firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas donde ningún actor dominase la escena, sino que fuera parte de la misma y el entorno. Una cámara inmóvil a la altura de 90 cm a vista de persona sentada en un tatami, sin utilizar recursos técnicos como el movimiento o los fundidos.

El gran tema de Ozu es la pérdida del poder aglutinador de las tradiciones en la sociedad japonesa. El realizador suele utilizar las historias familiares para describir este proceso de desmembramiento generacional.

La crítica occidental descubrió el cine de Ozu quedando fascinado por ese recurso de planos contrapicados exageradamente marcados. La complicidad de la cámara con la cotidianidad que transmitía su carácter íntimo, que no se convierta en cómplice del bullicio, la prisa o la búsqueda de la variedad y la evasión.

Mientras tanto, la crítica japonesa, pasaba por alto que esa posición extraordinariamente baja es única dentro del cine japonés y que no constituye en modo alguno un motivo que sugiera cotidianidad. De hecho, algún crítico, también consideró irritante la forma en la que Ozu retrataba la vida diaria.




























miércoles, 21 de noviembre de 2018

Crítica | CUENTOS DE TOKIO (Tokyo monogatari) (Yasujiro Ozu, 1953)


"¿Acaso no es decepcionante la vida? Uno siempre se hace ilusiones."

En Occidente, Yasujirô Ozu es considerado el director "más japonés" de todos. Es curioso que, por oposición a su particular estilo cinematográfico, las experiencias de sus personajes, sus emociones y sus pensamientos, su obra maestra sea tan Universal como cualquier otra película.

Una cámara prácticamente inmóvil, estática, situada a medio metro del suelo como si se estuviera sentado en un tatami, define el interés por la vida y los pequeños problemas de las familias. Una película de carácter suave, melancólica, en la que la estructura de la trama está construida con la misma precisión de la escena, en un tono sumamente íntimo donde Ozu invita al espectador como si fuese un amigo.

Los diálogos tipifican el tono asentimal de resignada aceptación, una tragedia silenciada con el trasfondo de posguerra y los fantasmas que permanecen. Una lamentación de los años pasados, la exigencias de la tradición, la desgarradora confesión, la soledad y esa liberación ancestral de la misma. La repetición de escenas resalta la monotonía de la vida cotidiana. "El modernismo de la vida diaria", como dirían algunos.

Incluso en las secuencias ambientales de Tokio, el filme no abandona su carácter tranquilo e íntimo. La cámara busca el sosiego, la tranquilidad y concede el tiempo necesario para ello. El conflicto entre los jóvenes y los ancianos se manifiesta constantemente a través de la mirada de una clase media moderna donde sus mayores ya no tienen cabida. También deja hueco para la esperanza en la personificación que logra aunar el respeto por la familia con la independencia profesional.

La película de Ozu es maravillosamente comedida, engañosamente sencilla. Todo radica en la cualidad contemplativa de su mirada, que viene a decir que toda actividad humana merece nuestra atención. Un lenguaje cinematográfico anticuado, que pese a ello sigue cautivando y fascinando. Una joya del séptimo arte.




























jueves, 15 de noviembre de 2018

Crítica | EL SEÑOR DE LOS ANILLOS (Ralph Bakshi, 1978)


Pensar en la colosal obra de Tolkien en el séptimo arte conduce automáticamente a la espectacular trilogía de Peter Jackson, pero a finales de los 70 hubo una versión animada que plantó los cimientos para lo que más tarde sería la inmortal visión de la Tierra Media del otrora orondo cineasta neozelandés.

Bakshi condensa en dos horas 'La comunidad del anillo' y parte de 'Las dos torres', nunca se rodó una conclusión. El peso que siempre ha soportado es de obra inacabada, y es algo que se palpa. A pesar de su buen ritmo, es obvia la confusión y la falta de guion sostenible. 

Su baza está en la fidelidad con los libros y su aspecto visual, mediante la decisión de emplear innovadoras técnicas de rotoscopia (dibujar sobre el fotograma previamente rodado).

Los amantes de la Tierra Media, Hobbits y todo el rico imaginario de la saga de Tolkien deberían ver esta obra, anticipando y asumiendo sus limitaciones.



























Crítica | MASTER AND COMMANDER: AL OTRO LADO DEL MUNDO (Peter Weir, 2003)


"La disciplina es tan importante como el valor."

Aventuras marítimas en tiempos napoleónicos, lección de liderazgo que debería estudiarse en todas las universidades y un ejercicio cinematográfico de elegancia, rigor histórico, ritmo narrativo y preciosismo visual.

Considerada como un análisis muy cercano de la condición humana, el filme de Weir es un duelo en sí mismo: navíos realizados con mimo, la lucha contra otros y la naturaleza, el propio trayecto vital de los héroes y el choque del capitán Aubrey y el doctor Maturin (Crowe y Bettany en la cima de sus carreras) en el buque de O'Brien, mentalidad militar indomable contra el positivismo científico.

Un canto al espíritu del cine de aventuras, actuando como homenaje a los grandes clásicos del género marítimo, la obra oceánica de Weir ofrece diversión pura y dura a bordo del HMS Surprise. Liderazgo, valor, ciencia y música.