jueves, 13 de diciembre de 2018

Crítica | ALABAMA MONROE (Felix Van Groeningen, 2012)


"- Alabama.
- ¿Alabama?
- Sí, he cambiado de nombre, como hacen los indios cuando ellos quieren. En fin, cuando sienten que han superado una etapa de su vida.
- Dime, Alabama... ¿Puedo hacerte una pequeña pregunta? Yo, ¿quién soy? Si tú eres Alabama, ¿quién soy yo?
- Monroe."

Aquí traigo una producción belga que consigue quedarse en el cerebro del espectador y que nunca olvide ningún detalle. Es de esas películas poco comunes...de las que llegan directamente al corazón y atrapan a todo el que la vea.

Nominada a Mejor Película de Habla no inglesa en los Óscar de 2013. Dotada de una banda sonora country ESPECTACULAR que ocupó los primeros puestos en las listas belgas. Una maravilla de principio a fin. 

Groeningen no se estanca en la típica historia de chico conoce a chica y se enamoran. Ni tampoco se limita a describir una enfermedad tan poco estudiada (a pesar de las apariencias políticas) como lo es el cáncer, sino que nos coge de la mano y nos permite conocer a los personajes con viajes temporales de lo más deslumbrantes acompañados de buena música, tatuajes, sexo y alcohol.

Una dura crítica hacia la religión y el encubrimiento de la sociedad capitalista sobre el avance de la ciencia y la medicina. Un egoísmo al alcance de unos pocos privilegiados en pro de la sociedad más humilde. 

La pareja protagonista son la noche y el día y eso es lo que le da sostenibilidad a la trama. Ella (Veerle Baetens), una chica alocada llena de tatuajes pero con una fe férrea que le hace darle sentido a su vida. Él (Johan Heldenbergh), el líder de un grupo country que cree en el Carpe Diem y tiene ideas liberales y, en ocasiones bastante críticas contra el sistema occidental. Ambos, realizan interpretaciones sobresalientes (todo hay que decirlo).

A años luz de ser una película más que venda lágrimas de pega y ensalce un sensacionalismo barato.



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