martes, 4 de diciembre de 2018

Crítica | HIROSHIMA, MON AMOUR (Alain Resnais, 1959)


"Y vendrá un tiempo. Vendrá un tiempo en que ya no sabremos dar un nombre a lo que nos una. Su nombre se irá borrando poco a poco de nuestra memoria. Y luego, desaparecerá por completo."                                                                            
Hoy traigo una de las películas más complicadas que he visto a nivel emocional. Creo que nunca se está del todo preparado para la dirección de Resnais. Consigue cautivar y golpear donde más duele. No es una película de extremos, de gusta o no gusta, de aburrida o no...es una producción que pocos pueden llegar a entender y menos si nunca se ha perdido.

De la mano del impresionante guión de Marguerite Duras, Resnais nos adentra en un escenario despiadado. Dos personas totalmente diferentes se conocen en Hiroshima, pero esto va más allá de una historia de amor. Es el despertar de una pesadilla. Es de esas historias que desgarran por dentro cuando las ves y que, cuando las finalizas, dejan un sentimiento que difícilmente desaparece.

Nos regala un recorrido a través de las calles de Hiroshima (con una excelente fotografía y posición de planos) y su triste espectáculo nuclear, pero a la vez nos traslada, a través del recuerdo de Emmanuelle Riva, a la Europa más decadente asolada por la Segunda Guerra Mundial y a cómo fue la tortura psicológica antes, durante y después.

Obtuvo un gran éxito de crítica y supuso la consagración de la espectacular Riva, con una interpretación sobresaliente y difícil de olvidar. Más tarde, regalaría otro papel mítico bajo la dirección de Haneke en su película 'Amor' (2013).

Una actriz francesa se encuentra en Hiroshima para formar parte de un largometraje que quiere representar el horror y concienciar a la sociedad occidental del mal que ha hecho. En su último fin de semana conoce a un japonés y surge algo más que el típico enamoramiento de las películas clásicas. A través de él, ella recuerda su pasado y por qué dejó atrás a su familia y a su pueblo. En él, ve reflejado todo lo que quiso y no pudo ser.

Esta película representa el intento de vivir el presente e intentar corregir el futuro a través de un recorrido por el pasado y la apertura de su correspondiente caja de Pandora. La recomiendo porque no deja indiferente y porque es una producción de otro nivel no sólo a nivel europeo, sino internacional.


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