Murakami lleva a la máxima expresión la meticulosidad a la hora de
narrar y elaborar los elementos que componen su obra, buque insignia
junto a Higashino o Kirino de la nueva generación de escritores
japoneses, novelistas de la profundidad de texto. Característica que
puede hacerse pesada por momentos, aquí reitera ciertos puntos una y
otra vez, sin llegar a aburrir en ningún momento pero sí con la
sensación de que se podría rematar antes. Un estilo que implica la
inmersión del lector constantemente, por eso se dice que no es para todo
el mundo, pero es un viaje abstracto y surrealista, con una historia de
amor totalmente distinta a lo conocido, que merece la pena embarcarse
en la travesía que propone el japonés, donde cada uno puede llamar como
quiera.
Murakami despliega un universo particular e inclasificable: un thriller romántico de carácter especial, pre desarrollo informático, bien estructurado, con una mirada fascinante hacia Orwell y su 1984, crítica al sistema mediante mezcla de ficción y realidad, múltiples referencias culturales. La cotidianeidad a merced de la imaginación, personajes inolvidables, un viaje subversivo donde no tiene cabida el simplismo.
Murakami despliega un universo particular e inclasificable: un thriller romántico de carácter especial, pre desarrollo informático, bien estructurado, con una mirada fascinante hacia Orwell y su 1984, crítica al sistema mediante mezcla de ficción y realidad, múltiples referencias culturales. La cotidianeidad a merced de la imaginación, personajes inolvidables, un viaje subversivo donde no tiene cabida el simplismo.
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