sábado, 27 de julio de 2019

ROMA, CIUDAD ABIERTA (Roma città aperta) (Roberto Rossellini, 1945)


"No es difícil morir bien, lo difícil es vivir bien."

De Sica y su 'Ladrón de bicicletas' está considerada la obra maestra y la cota más alta del neorrealismo, pero tres años antes Rossellini fue el iniciador de esta revolución estética en el mundo del cine con 'Roma, ciudad abierta'. Fue la primera gran película del neorrealismo italiano, y consiguió hacer saltar por los aires las convenciones del "cine de teléfonos blancos" que tan de moda estaba en la Italia de principios de los años cuarenta. El guion fue escrito durante los días de batalla clandestina contra los nazis y haciendo uso de la fórmula de película coral, este escrito sobre la resistencia italiana no tardó en convertirse en el modelo estético de los directores interesados en realizar una vívida descripción social e histórica.

La acción se desarrolla en Roma, en los últimos años de la ocupación nazi. Inspirada en la historia verídica del sacerdote Luigi Morosini, torturado y muerto por el nazismo por prestar ayuda a la resistencia. La escasez de medios técnicos y económicos en la producción acabaron siendo una de las virtudes del filme, filmada al estilo de un documental. Al mostrar a personas reales en localizaciones reales aportó algo de aire fresco a la "encorsetada" cinematografía occidental. Libertad de movimientos de cámara, autenticidad de personajes, utilización de auténticos prisioneros de guerra como extras para añadir mayor realismo, así como una nueva manera de narrar son puntos claves en este movimiento.

"Uno hace cine para convertirse en mejor persona", afirmaba el director en 1973. Aunque podría haber virado hacia lo melodramático, la historia y el tratamiento de Rossellini de esos personajes de ROMA, CIUDAD ABIERTA siguen funcionando igual de bien que antaño. Una joya del cine y un trozo de historia que hay que conocer.
























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