Popular cinta de los años ochenta basada en un relato del maestro del terror, Stephen King (El resplandor, It, Carrie...). Todo tiempo pasado fue mejor... frase irrevocable que podemos establecer con este irregular film de terror, plagado de situaciones que rozan lo absurdo y con una dirección francamente pobre. Tras obtener cierto éxito en su momento, generó abundante cantidad de secuelas que, desgraciadamente, no podemos decir lo mismo de su calidad.
Una pareja de viajeros termina estacionando en un pueblo fantasma donde no hay adultos, pues descubren que estos han sido asesinados por los niños del lugar, viviendo como una fanática comunidad religiosa comandados por Isaac, un enigmático y lúgubre niño que hace de intermediario entre el demonio que vive en los maizales sediento de vidas humanas. No he podido resistir la tentación de compararla con '¿Quién puede matar a un niño?' (1976), un clásico del cine español con carácter, personalidad y donde prima el buen hacer con una cámara, sin mezquinos efectos para tapar la vulgaridad de una película. Aspectos argumentales similares, aunque la cinta de Narciso Ibáñez Serrador vence a la de Fritz Kiersch en todos los frentes sin discusión.
A pesar de una premisa atrayente y una primera escena contundente inundada de sangre y atrocidad, la historia se va desvaneciendo como pompas de jabón. El desarrollo plano, caótico y con diversas situaciones de guión absurdas y sin sentido, la mediocridad emerge como la marabunta dentro de un film que podría haber dado mucho más de sí, gracias a un trasfondo sociópata-fanático-religioso altamente interesante que cae en detrimento de una crónica indecente. Los efectos especiales se han quedado desfasados, tanto que producen hasta risa, sin olvidar las deficientes interpretaciones, salvando de la quema a Linda Hamilton (ese mismo año protagonizaría la conocida 'Terminator' de James Cameron) y John Franklin, su cara reflejaba la maldad que se establecía entre los campos de Nebraska.
Hoy en día, es una película muy poco original, con un nivel altísimo de previsibilidad donde además de perder la emoción narrativa también se olvida de ofrecer diversión al público. Lo único que puede mantenerse en 'Los chicos del maiz' es el nostálgico recuerdo de aquellos chicos que vivieron las andanzas del diablo entre los maizales de un pequeño pueblo rural donde el fanatismo religioso se interpuso entre la locura y la cordura. Una cinta que ha envejecido muy mal, el paso del tiempo ha potenciado todas sus bochornosas debilidades.
"Aquí no hay caminos, esto parece la luna"
Valoración: [4/10]
★★★★★★★★★★
Paco Garrido
No hay comentarios:
Publicar un comentario