miércoles, 29 de mayo de 2019

CRIMEN PERFECTO (Dial M for Murder) (Alfred Hitchcock, 1954)


"No toques nada y no hables con nadie hasta que yo vuelva."

"Run for cover" solía decir el maestro cuando era preguntado sobre su película, afirmando que era circunstancial y menor en su filmografía. Yo, y muchos más, no estamos de acuerdo con el creador ya que su adaptación de la obra teatral homónima de Frederick Knott es un ejercicio de suspense realmente entretenida, embaucadora desde el primer plano secuencia y elegantemente representada.

Toda la acción se desarrolla en un "living room" donde la comunión cine y teatro es perfecta, pues se servía de medios cinematográficos técnicos para la maquiavélica integración del suspense en los diálogos y el recogido entorno. La tensión y ambientación opresiva es constante, la perfección de planificación, ritmo y líneas conversacionales son de un nivel sobresaliente. La vestimenta de Grace Kelly pasaba de colores vivos y alegres al principio a cada vez más oscuros a medida que la trama se volvía más sombría.

La puesta en escena en CRIMEN PERFECTO es de primer orden. La secuencia del crimen en sí ha pasado a la antología del cine por derecho propio. Un filme estupendo al que sigo acudiendo a menudo con gran placer.



























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