Legrand entra por la puerta grande con una ópera prima digna de máxima consideración. Esta producción ha llegado hasta nosotros gracias a un corto de 2013 (realizado por el mismo director) llamado 'Antes que perderlo todo' (Avant que de tout perdre), que actúa como precuela de este largometraje (al aparecer el mismo elenco y temática) y que fue nominada a los premios Oscar del mismo año.
Atrapa desde el primer segundo y hace que el espectador no sólo empatice con los personajes, sino que realmente sufra cada gesto y se desespere ante la impotencia que provoca este tipo de situaciones tan violentas y, por desgracia, cotidianas.
No es una simple película sobre el maltrato doméstico... Legrand va más allá criticando la falta de seguridad y apoyo hacia la víctima por parte de la justicia y el Estado y nos demuestra que el verdadero terror podemos encontrarlo en nuestro círculo cercano.
Uno de los puntos a su favor es que no se limita a abordar la trama de forma excesivamente dramática. Él nos regala un espectacular thriller lleno de suspense y escenas violentas. No quiere que lloremos, ni que nos compadezcamos...él quiere que nos concienciemos del grave problema que supone el acoso y abuso familiares.
Por último, me gustaría destacar la maravillosa escena final (por todo lo que conlleva) y la actuación de Denis Ménochet (el padre maltratador), que es simplemente espectacular. Ojo con este director porque ha llegado pisando fuerte para conseguir una estancia de larga duración sin pase de salida.
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