"No trabajé durante tres años después de rodar 'La lista de Schindler' porque el tema de la película me afectó emocionalmente y de una manera tan significativa que cambió mi vida." Spielberg.
Obsesionado con llevar al cine el libro 'El arca de Schindler' de Thomas Keneally y tras conseguir un taquillazo con 'Parque Jurásico', Spielberg se sintió con derecho a abordar el proyecto más personal de su carrera. No sólo cumplió con un reto personal, también consiguió el reconocimiento tanto de crítica como de público, su historia cinematográfica es una de los mejores obras del siglo XX.
El blanco y negro de la fotografía de Kaminsky, una imagen sublime con una fuerza poco común en el cine moderno. Inolvidable esa niña del abrigo rojo. Tanto como los violines de John Williams, elaborando una partitura para el recuerdo. El guión bien construido de Zaillian y el talento de dirección de Spielberg en su máxima expresión. Talentos exprimidos y puestos a disposición de este desgarrador documento histórico, aunque no sea 100% riguroso.
La fascinante historia de Oskar Schindler, un hombre de negocios nazi que salvó la vida de más de cien mil judíos polacos, mantiene el interés y la emoción durante todo el desarrollo de esta cinta intemporal. Spielberg estaba más empeñado en dotarla de una relevancia contemporánea antes que un testimonio de un periodo histórico. La mayor parte fue rodada cámara en mano al objeto de rodearla de una atmósfera y estética documental.
La convincente interpretación de Liam Neeson como Schindler nos acerca al espíritu del nazismo, mientras el sutil Ben Kingsley, su contable judío, es el vehículo ideal para adentrarse en la idiosincrasia del pueblo judío polaco. La potente interpretación de Ralph Fiennes, director del campo de concentración, se complementa a la perfección por su capacidad para explotar el glamour del poder absoluto y la gran vida, la maldad sexual, de los circuitos nazis.
Obsesionado con llevar al cine el libro 'El arca de Schindler' de Thomas Keneally y tras conseguir un taquillazo con 'Parque Jurásico', Spielberg se sintió con derecho a abordar el proyecto más personal de su carrera. No sólo cumplió con un reto personal, también consiguió el reconocimiento tanto de crítica como de público, su historia cinematográfica es una de los mejores obras del siglo XX.
El blanco y negro de la fotografía de Kaminsky, una imagen sublime con una fuerza poco común en el cine moderno. Inolvidable esa niña del abrigo rojo. Tanto como los violines de John Williams, elaborando una partitura para el recuerdo. El guión bien construido de Zaillian y el talento de dirección de Spielberg en su máxima expresión. Talentos exprimidos y puestos a disposición de este desgarrador documento histórico, aunque no sea 100% riguroso.
La fascinante historia de Oskar Schindler, un hombre de negocios nazi que salvó la vida de más de cien mil judíos polacos, mantiene el interés y la emoción durante todo el desarrollo de esta cinta intemporal. Spielberg estaba más empeñado en dotarla de una relevancia contemporánea antes que un testimonio de un periodo histórico. La mayor parte fue rodada cámara en mano al objeto de rodearla de una atmósfera y estética documental.
La convincente interpretación de Liam Neeson como Schindler nos acerca al espíritu del nazismo, mientras el sutil Ben Kingsley, su contable judío, es el vehículo ideal para adentrarse en la idiosincrasia del pueblo judío polaco. La potente interpretación de Ralph Fiennes, director del campo de concentración, se complementa a la perfección por su capacidad para explotar el glamour del poder absoluto y la gran vida, la maldad sexual, de los circuitos nazis.
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