"En octubre de 1994, tres estudiantes de cinematografía desaparecieron
en los bosques próximos a Burkittsville, Maryland, mientras rodaban un
documental... un año después se encontró el material que habían
grabado."
Así empieza 'El proyecto de la bruja de Blair', uno de los grandes pelotazos de las últimas décadas, un filme de terror en clave de documental con un presupuesto irrisorio que tuvo una recaudación de más de 140 millones de doláres convirtiéndola en una de las películas independientes más rentables de todos los tiempos. Todo gracias a una innovadora campaña publicitaria, donde las redes tuvieron mucho que ver, y el boca a boca hizo el resto.
Basada en la premisa de la misteriosa figura de la bruja que ronda el bosque de Black Hills desde el siglo XVIII y, supuestamente, responsable de crímenes atroces, por momentos consigue inspirar terror en el espectador mediante el uso de técnicas documentales. Cierto es su excesiva dependencia de la propia filmación, característica que arrastra el "Found Footage", y la lentitud de desarrollo. Su objetivo es suscitar intensas respuestas emocionales al explotar los miedos más básicos (a la oscuridad, lo desconocido, sonidos extraños), donde los momentos más terroríficos son los de la pantalla en blanco y negro, cuando entra en juego la imaginación.
Un género o subgénero muy arriesgado, cuál algunos lo verán como una engañifa y otros una historia excepcionalmente concebida y ejecutada. Myrick y Sánchez llevaron su producto un paso más allá del "metraje encontrado" al estilo documental a anteriores películas de terror como 'La última casa a la izquierda' de Wes Craven y 'La matanza de Texas' de Tobe Hooper, siendo estas más redondas cinematográficamente hablando.
Así empieza 'El proyecto de la bruja de Blair', uno de los grandes pelotazos de las últimas décadas, un filme de terror en clave de documental con un presupuesto irrisorio que tuvo una recaudación de más de 140 millones de doláres convirtiéndola en una de las películas independientes más rentables de todos los tiempos. Todo gracias a una innovadora campaña publicitaria, donde las redes tuvieron mucho que ver, y el boca a boca hizo el resto.
Basada en la premisa de la misteriosa figura de la bruja que ronda el bosque de Black Hills desde el siglo XVIII y, supuestamente, responsable de crímenes atroces, por momentos consigue inspirar terror en el espectador mediante el uso de técnicas documentales. Cierto es su excesiva dependencia de la propia filmación, característica que arrastra el "Found Footage", y la lentitud de desarrollo. Su objetivo es suscitar intensas respuestas emocionales al explotar los miedos más básicos (a la oscuridad, lo desconocido, sonidos extraños), donde los momentos más terroríficos son los de la pantalla en blanco y negro, cuando entra en juego la imaginación.
Un género o subgénero muy arriesgado, cuál algunos lo verán como una engañifa y otros una historia excepcionalmente concebida y ejecutada. Myrick y Sánchez llevaron su producto un paso más allá del "metraje encontrado" al estilo documental a anteriores películas de terror como 'La última casa a la izquierda' de Wes Craven y 'La matanza de Texas' de Tobe Hooper, siendo estas más redondas cinematográficamente hablando.
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