jueves, 4 de abril de 2019

TRES COLORES: Azul, Blanco y Rojo (Krzysztof Kieslowski, 1993-1994)


"Quizá sea usted la mujer que nunca conocí."

La trilogía de Kieslowski, su obra más conocida después de su Decálogo, representa los tres colores de la bandera francesa y evoca al lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad" que representa. Según el propio director polaco, vagamente ligada a esos temas, no debe tomarse como referencia literal a la hora de entender cada película, pero sí constituye un elemento representativo de ellos. Un manual de existencialismo, poesía a través del arte visual con exquisita realización, fotografía y música.

Si Azul, la primera de las tres, nos ofrece un ejercicio de pérdida, misterio, muerte y de resultado inquietante, Blanco un amor trágico, "chaplinesco" por momentos, de enroscada trama, creo que el culmen perfecto lo define en Rojo, una conclusión perfecta a esa novela filosófica existencial, de metáforas y toques simbólicos que ha ido desgranando poco a poco con una conclusión intrigante y conmovedora, la luz que desprende su triunvirato. Cierto que esa narrativa pausada (nunca aburrida), de situaciones forzadas y de sugerir más que mostrar puede resultar banal a ojos de muchos espectadores, pero ese aura de magia le da un toque único.

Lazos humanos, la casualidad, la suerte que nos conecta, la vida efímera alrededor del ser y esas frecuencias imposibles de abarcar es el testimonio de Kieslowski para su trilogía de los tres colores.


























sábado, 30 de marzo de 2019

MATRIX (Lilly Wachowski, Lana Wachowski, 1999)


“La esperanza es la quinta esencia de la debilidad humana.”

El gran éxito de la ciencia ficción de pretensiones épicas y tintes apocalípticos, poco puede decirse ya de este filme de culto que no se conozca y los ríos de tinta que ha conllevado estos 20 años depués de su estreno. Concebida en su totalidad por los hermanos Wachowski, antiguos escritores de cómic, detalle fundacional para entender su apabullante puesta en escena, su estilo tan marcado y su aspecto visual rompedor.

Esta epopeya sobre realidad virtual es una mezcla de estilos clásicos como las artes marciales y la ficción pura y dura, que fusiona temas de filosofía con el recurso audiovisual de última tecnología como la cámara super lenta o secuencias de coreografía de acción hábilmente modernas. Plagada de mensajes de inconformismo y autorrealización, intentando calar de forma crítica en el sistema conservador de los estudios de Hollywood.

Una mirada desolada hacia el mundo y el futuro con el eslabón de esperanza sostenida por ese Neo que no deja del todo claro que espera ganar la resistencia humana con su lucha.



























viernes, 29 de marzo de 2019

CON FALDAS Y A LO LOCO (Some Like It Hot) (Billy Wilder, 1959)


 "- ¡Soy un hombre! 
- Bueno, nadie es perfecto."
 
Votada como la mejor comedia de la historia del cine por dos centenares de prestigiosos críticos, la obra de Wilder nos sigue fascinando y divirtiendo como la primera vez después de 60 años desde su estreno. Los trastornos en el rodaje de Marilyn Monroe son legendarios, tanto como su atractivo natural. Tony Curtis, en particular, desarrolló una profunda antipatía por Marilyn ya que las largas sesiones de maquillaje que se pegaban él y Jack Lemmon eran titánicas.

Plagada de escenas inolvidables por Diamond y el propio Wilder, un guion exquisito, donde se recuerda la frase final escrita solo un par de días antes de filmarla cuando estaban a punto de terminar el rodaje. Una de esas escenas clásicas que todo el mundo conoce. En ocasiones, un final de película sí puede ser perfecto. Un cóctel de efectos desenfrenados dejando un sabor agridulce con temas como la sexualidad o la Gran Depresión.

De un argumento simple en apariencia, Wilder dibuja un compendio de situaciones extraordinarias e ingeniosas, unos actores con chispa y de calculado cinismo. El filme es un homenaje a los primeros años del cine, a las películas de gánsteres de Hollywood y a las comedias locas de los años cuarenta. Sexo y dinero, vida y muerte, realidad y apariencia, gánsteres y músicos, hombres y mujeres... con estos ingredientes y sus formidables recursos artísticos, el maestro Wilder elabora una de las grandes películas de la historia.



























martes, 26 de marzo de 2019

RASHOMON (Akira Kurosawa, 1950)


"Mentir es humano. La mayor parte del tiempo ni siquiera podemos ser sinceros con nosotros mismos."

"El efecto Rashomon" o el auténtico bombazo del cine japonés. Cuando la película se exhibió en el Festival de Venecia de 1951, el público occidental descubrió una cinematografía fascinante procedente de un país que había permanecido hermético a su apertura internacional. En este sentido, Rashomon y su galardón marcaron un antes y un después en la trayectoria cinematográfica nipona. Obtuvo el Oscar a mejor película extranjera.

Hashimoto empezó el guión a partir del relato corto 'En el bosque' de Ryunosuke Akutagawa, que a su vez toma el nombre de su primer relato 'Rashomon' que es el templo derruido donde se enfoca una de las tres perspectivas de la historia. Planteó una manera diferente en el punto de vista, la puesta en escena y la subjetividad. Mediante flash-backs se recrean las historias dentro de esa historia, tres niveles temporales y espaciales, como si de una película policíaca se tratase en el que el espectador es el juez se este proceso.

El filme es una parábola oscura de una época de enfrentamientos, decadencia política y cultural. La cinta tiene lugar en el siglo XII pero Kurosawa plantea un paralelismo con el Japón de los 50. Destaca la magistral fotografía del maestro Miyagawa y la enérgica interpretación de Mifune, de aquí su apodo de "el león" por sus movimientos en la lucha. El detonante de la curiosidad y atracción por el exótico cine oriental desde occidente, RASHOMON es una de las obras maestras del séptimo arte.



























sábado, 23 de marzo de 2019

LOS SANTOS INOCENTES (Mario Camus, 1984)


"Milana, bonita"

Una familia española vive subordinada a la clase que posee la tierra, domina los recursos y manda sobre ellos. Su vida es renunciar y obedecer. Su destino está marcado... La sinopsis de la obra de Camus, magistral adaptación de la imperecedera novela de Miguel Delibes, podría ser actual. Los "señoritos" de ahora llevan corbata. Podría tratarse de una familia de la España rural o clase media-baja, no sólo de posguerra, también de tiempos modernos. El terrible comportamiento de las personas, unas con otros, y esa especie de esclavitud consentida sigue vigente.

Incluida por derecho propio en todas las listas de mejores películas del cine español. Todo raya a un nivel francamente sobresaliente en esta película, desde las interpretaciones, a la crueldad del guión con esas personajes y el entorno, ambientación, dirección y montaje, hasta esa evocadora música. 

La escritura de Delibes era sutil, no había palabras incendiarias pero sí generaban mucha ira en el lector, esencia traspasada envidiablemente a la pantalla. La naturaleza y ese mantra, "Milana, bonita", se convirtieron en santo y seña de esta formidable película.



























martes, 26 de febrero de 2019

Crítica | ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (Sergio Leone, 1983)


"Me encanta la peste de las calles. Me hace sentir bien. Me gusta su olor. Me abre los pulmones."

Sergio Leone volvía a las pantallas tras 12 años de ausencia para cerrar su "Trilogía de América", formada por 'Hasta que llegó su hora' (1969), 'Agáchate, maldito! (1971) y 'Érase una vez en América' (1983), de casi cuatro horas de duración, siendo esta la más larga y lánguida de las películas del director italiano.

Quizás careciera de la fuerza y la creatividad de sus viscerales y estilizados Spaguetti Westerns pero su cambio del desierto por el Lower East Side neoyorquino de principios de siglo y su homenaje a las historias de gánsteres es una auténtica obra de arte cinematográfica.

La historia transcurre en tres épocas específicas - 1921, 1933 y 1968 - acompañando a varias generaciones de mafiosos judíos, sus amores, traiciones y desencuentros. No glorifica en ningún momento a los protagonistas, no hace de ellos héroes, muestra claramente el alto precio que han tenido que pagar por su estilo de vida.

Técnicamente es una película sobresaliente. Una ambientación fría y plomiza, ominosa por momentos, a través de la fotografía de Delli Colli y la marcada música nostálgica y melancólica de Morricone. La maestría narrativa de Leone ofrece al espectador un puzle obsesivo, un virtuoso montaje de tomas retrospectivas. Una película de gánsteres ambiciosa, de estructura dispersa, penetrante, frustrante y provocadora. También una investigación cinemática del tiempo, cómo pasa, cómo se recuerda y cómo se percibe el futuro.

























domingo, 24 de febrero de 2019

Crítica | ANA Y LOS LOBOS (Carlos Saura, 1972)





Golazo por la escuadra de Saura y Azcona (director y guionista, respectivamente), en forma de metáfora y sutil simbología, a la censura del régimen franquista en su etapa agonizante y relajada con una crítica feroz hacía la burguesía y tres pilares básicos en la sociedad de la época: militarismo, represión sexual y lo eclesiástico. Gran trabajo actoral, narración en forma de cuento macabro puntualmente, de ambientación angustiosa, con sus licencias surrealistas de un marcado toque "buñuelista" y mucha acidez en su guión. Un filme muy interesante.







viernes, 15 de febrero de 2019

Crítica | LA DILIGENCIA (Stagecoach) (John Ford, 1939)


"Si hay algo que no me gusta, es conducir una diligencia por territorio apache."

Obra seminal dentro del western y del propio cine. Orson Welles estuvo 40 días consecutivos viendo 'La diligencia' una vez al día, antes de su ópera prima 'Ciudadano Kane', para aprender el oficio. Y es que Ford ayudó a restablecer el prestigio del género en una época en que las películas del Oeste estaban destinadas a bajos presupuestos y proyectos menores.

Al tratar de vendérsela a David O. Selznick, Ford la calificó de "western clásico", superior a los westerns que se hacían y hacía el propio Ford en los últimos años. Añadieron una historia de amor y el nacimiento de un bebé, aunque no fue suficiente para Selznick que rechazó el proyecto. 

Sin Gary Cooper ni Marlene Dietrich, el cineasta acertó con la figura impresionante de Ringo Kid, nacía otra leyenda en el cine: John Wayne. Ford retrasa la aparición de Wayne mientras explora el carácter de los otros pasajeros, cada uno trazado de forma diestra y magnífica.

'La diligencia' no escatima los alicientes más tradicionales del género. Abunda la acción en el tercer acto de la cinta, que incluye duelos y un emocionante ataque indio comandado por el excelente trabajo del especialista Yakima Canutt. También fue la primera película que Ford rodó en Monument Valley, paisaje desértico majestuoso en la frontera entre Utah y Arizona, la cámara subraya la fragilidad del hombre ante la inmensidad de la naturaleza como pocas veces se había visto.



























lunes, 11 de febrero de 2019

Crítica | LA NOCHE DE HALLOWEEN (David Gordon Green, 2018)


"Rezo todas la noches para que se fugue y poder matarlo."

Michael Myers vuelve dignamente, más cabreado por las trastadas a la saga (secuela directa de la original) durante 40 años que por el mensaje de reflexión, paranoia y horror del psychokiller.

Actualización de códigos, ofrecer un producto nuevo para la nueva generación, sin llegar ser un remake, pero construida en base a un retrato justiciero (de reivindicación feminista) atribuido de enfoque reverenciador al género y a la semilla del slasher sin mucho riesgo.

Elegante dirección, con buena puesta es escena, orientada a un plano familiar y generacional con una Laurie Strode guerrera, traumática, imbuida en un aspecto de heroína de acción y olvidando aquella imagen de niñera asustadiza que conocimos en el origen.

Un filme que reconoce el miedo de un país, en la era Trump como ya pasaba a finales de los setenta sobre el horror del pueblo americano tras la guerra de Vietnam. Carpenter vuelve a poner la música, su inolvidable música.




lunes, 4 de febrero de 2019

Crítica | LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO (Carl Theodor Dreyer, 1928)


"La recreación de Juana de Arco por parte de Renée Falconetti podría ser la mejor interpretación jamás rodada."

Afirmaba la crítica Pauline Kael en 1982, tras el redescubrimiento en un manicomio noruego de una copia de la versión original, con el precinto de "censurada" intacto, y posterior estreno en la misma década de la obra maestra del mudo dirigida por el danés Carl Theodor Dreyer. Aunque la suya es una de las interpretaciones fundamentales de la historia del cine, Falconetti nunca trabajó en ninguna otra película. 

El maestro danés Dreyer realiza este filme no utilizando el acostumbrado tono épico, sino centrando la acción en el inquisitorial proceso judicial a la que fue sometida por un tribunal eclesiástico que terminó condenándola a muerte por herejía.

Su última película muda, obra que le granjeó fama mundial pero no constituyó ningún éxito en taquilla. La censura y el infortunio (se perdieron copias en distintos incendios) casi la engrosa en la triste lista de películas desaparecidas. Basada esencialmente en fragmentos muy selectos del proceso de Juana, el público de la época consideró esta sinfonía del primer plano un documental histórico.

El enfoque radical de Dreyer, su técnica exquisita y su construcción del espacio y la lenta intensidad del movimiento de la cámara hacen de la película una de las grandes joyas del cine. Una visión minuciosa y dolorosa, como todas las tragedias de Dreyer, sigue y seguirá viva después de que la mayoría de cintas comerciales se hayan borrado del recuerdo.