"Rezo todas la noches para que se fugue y poder matarlo."
Michael Myers vuelve dignamente, más cabreado por las trastadas a la saga
(secuela directa de la original) durante 40 años que por el mensaje de
reflexión, paranoia y horror del psychokiller.
Actualización de códigos, ofrecer un producto nuevo para la nueva generación, sin llegar ser un remake, pero construida en base a un retrato justiciero (de reivindicación feminista) atribuido de enfoque reverenciador al género y a la semilla del slasher sin mucho riesgo.
Elegante dirección, con buena puesta es escena,
orientada a un plano familiar y generacional con una Laurie Strode
guerrera, traumática, imbuida en un aspecto de heroína de acción y olvidando aquella imagen de niñera asustadiza que conocimos en el origen.
Un filme que reconoce el miedo de un país, en la era Trump como ya pasaba a finales de los setenta sobre el horror del pueblo americano tras la guerra de Vietnam. Carpenter vuelve a poner la música, su inolvidable música.
Producción hispano-germana-suiza realizada por Vadja, director
nacionalizado español, tan poco conocido como su propio filme. EL CEBO
es una extraordinaria reinvención o reescritura del cuento infantil de
Caperucita Roja sin lobos pero con asesinos reales, perturbados e
insaciables, que es todavía más terrorífico.
Construida a retazos del
mejor cine de suspense como M de Fritz Lang, el terror clásico que evoca
al FRANKENSTEIN de la Universal o el cuento siniestro de LA NOCHE DEL
CAZADOR de Charles Laughton.
Para construcción sólida, la historia del dramaturgo Friedich
Dürrenmant, guión realizado al mismo tiempo de la novelización titulada
LA PROMESA, que Vadja ensalza magistralmente con una visión paralela y
sin trampas: el público conoce el asesino y el método policial desde el
principio (M), el puzle se va desgranando a la vez que el comisario
Matthai va uniendo piezas en la pantalla. Rodada en Suiza con actores alemanes y el francés Michel Simon, el
reparto es excelente, sin excepciones. La fotografía capta perfectamente
ese ambiente rural sofocante, con todos sus matices. No profundiza en
la realización de perfiles psicológicos, busca el conflicto de
conciencia y moralidad por parte del comisario. Un descenso a la locura
absoluta en su búsqueda infructuosa del asesino de niños.
El dibujo de una niña como única pista: un gigante, un coche negro, una
cabra, erizos, chocolate suizo, títeres y un ogro que quiere hacer magia
para los niños... con el cuchillo homocida en la chaqueta. El cuento
macabro de Vadja es, sin duda alguna, un clásico de la historia del cine
y de las mejores películas europeas de posguerra. Nadie puede escapar a
este sugerente y perturbador juego detectivesco, en el que acecha una
amenaza latente, la bestia del ser humano.
Basada en la magistral From Hell novela gráfica homónima escrita por Alan Moore y dibujada por Eddie Campbell. La base del filme dirigido por los hermanos Hughes se ensambla en la mencionada obra mientras se desarrolla a retazos de la misma, cambiando partes importantes de la trama pero con la esencia que nos narra Moore en su cómic.
Como todos sabemos, Jack El Destripador sigue siendo un total desconocido hoy en día, aún no se puede confirmar su personalidad pero dentro de las cientos de teorías, los guionistas Terry Hayes yRafael Iglesias se apoyan en la teoría de Moore, en el que el escritor nos muestra una historia muy realista mediante un estudio de documentación francamente admirable, que desglosa la teoría del doctor William Gull, incluyendo en la monumental conspiración a la casa real, la francmasonería y la corrupción policial como punto de partido y resolución de esta imperecedera historia real.
El desarrollo de los asesinatos, la ambientación y la sobriedad de la época están conseguidos, no tanto los personajes de Abberline y Gull, interpretados por Deep y Holm respectivamente, no es que lo hagan mal pero la caracterización que todos nos imaginamos no es la de estos dos actores. Las cinco prostitutas que murieron de manos del destripador no eran tan atractivas como la Mary Kelly que da vida Heather Graham. Se pierde un personaje importante en la trama del cómic como Lees, el vidente de la reina, que aquí está incluido en la personalidad de Abberline, haciendo una fusión bastante extraña incrustada en sesiones de mágico opio. No es la primera mezcla de historias que encajan en la cinta, al final parece que intentan no dejarse nada en el tintero aunque sea metido con calzador y sin ninguna elaboración.
Recomiendo encarecidamente leer la obra de Moore antes de ver esta película, ya que las situaciones de Abberline a la hora de trazar la investigación del caso conectadas con la fragante nueva lucidez del masón asesino, toda la maraña conspiranoica y sobre todo la francmasonería, se explica con total sutileza en la novela gráfica. Las escenas se escalonan con precipitación mientras puede dejarnos con cierta sensación de pérdida, sobre todo el tramo final, que se van sucediendo los hechos con impaciencia.
Es un placer perderse por el Whitechapel de 1888, mientras se bañaban las calles de sangre de mano del folclórico e imperecedero Jack The Ripper, en esta obra de inmersiva ambientación y seductor desarrollo con aires comerciales. Personajes que desentonan y cambios en la personalidad de los mismos con respecto a la obra From Hell de Alan Moore, publicada a principios de los noventa, quedando una adaptación fiel a retazos y compatible con el cómic en el que se basa.
La esperada continuación de la flamante True Detective protagonizada por McCounaghey y Harrelson, ha suscitado críticas dispares tanto en la crítica profesional como público, atrapada entre la maraña que tejió Nic Pizzolatto y Fukunaga hace un año, este último haciendo laborales de producción y cayéndose de la dirección, digamos que la nueva aventura disiente bastante en ese aspecto.
Pizzolatto vuelve a escribir un guión contundente, a pesar de estar a la sombra de su primera obra para HBO, su trama policíaca-mafiosa en las calles californianas contiene una partitura sólida que se acentúa en los personajes, uno de los pilares fundamentales en sus composiciones.
True Detective II nos pone en la piel de Velcoro, Bezzerides y Woodrugh, unos policías con tintes oscuros y devorados por sus tormentosos demonios intentan abrir un rayo de luz a un asesinato. Mientras, Frank Semyon pretende recuperar su poder dentro del crimen organizado a toda costa y sin reparos. Como si estuviera escrito por Robert Johnson mirando al diablo en un cruce de caminos, estos cuatro dignatarios serán los pilares para sostener la nueva trama detectivesca ideada por Pizzolatto. En la proclamada "Edad de oro de la televisión" True Detective se ha convertido en algo venerado hasta cuotas insospechadas. La primera temporada se convirtió en un puñetazo sobre la mesa haciendo temblar los siempre estables cimientos del cine, revelando una historia francamente magistral.
Eso es lo más inoportuno de True Detective II, vivir a la sombra de True Detective I. Las siglas TD le han pesado a la hora de obsequiar al espectador con algo estruendoso, consiguiéndolo a ráfagas durante sus ocho horas. Dejando de lado este aspecto, nos encontraremos un mundo de corrupción, asesinos, policías desequilibrados y cualidades del neo-noir moderno dignas de ser contadas. Aún así, estamos ante una buena serie policíaca que se abre camino a golpe de cigarrillos, whisky, sangre y tensión sexual acumulada. Farrell y McAdams ofrecen unas interpretaciones estupendas, con unos personajes absorbentes y con un aura misteriosa alrededor de ellos que empatizan con el público. Velcoro y Bezzerides se echarán de menos, en cambio, no puedo decir lo mismo de Woodrugh y Semyon. No veía a Vaughn de mafioso serio y malote, aún sigo sin verlo. Su personaje lleva un peso importante en la trama, y aunque consigue encauzarlo de manera estable gracias a unos diálogos francamente fantásticos, la trama secundaria con su esposa llega a fatigar. Taylor Kitsch se queda a medio camino, convirtiéndose en un peón dentro del abanico de torres.
Excelente música ambiental y banda sonora que acompaña a la acción, como podíamos esperar de este equipo. La ambientación está lograda y la intensidad narrativa puede decaer en algunos momentos, sobre todo al principio de la historia, donde se empiezan a poner las cartas sobre la mesa y puede resultar algo lenta. La prosa de Pizzolatto sigue intacta, contando una narración dura y sin tapujos, a pecho descubierto y criticando a un sistema corrupto, que por desgracia, no está solo en Estados Unidos sino en cualquier parte del planeta. A veces el desarrollo puede parecer enfarragoso por la cantidad de detalles que profiere, si pestañeas te puedes perder, imponiendo atención máxima en el espectador.
Si te gustan las historias policíacas oscuras, esos thrillers intensos que mantienen una aureola de misterio constante y con buenos personajes, la segunda entrega de True Detective te mantendrá enganchado. A pesar de sus altibajos de intensidad narrativa, acompañados de un desenlace falto de poderío, es una serie bien estructurada y con múltiples matices para desgustación del espectador más exquisito. Pero hay que verlo como lo que es, una historia totalmente diferente a la primera.
Dios creó el mundo en siete días, Marcos "el carnicero" intenta destruir todo rastro de humanidad en el mismo periodo. Un thriller del caluroso Madrid de principios de los setenta, arenoso y estéril embriagado del miedo social y perturbador aroma a injusticia. Además, una historia sosegada, angustiosa a su vez donde el suspense permanece en el aire como el olor a pudredumbre de la solitaria casa donde descansan unos cuerpos que nunca imaginaron que terminarían allí.
Una inusual pareja para la época en que transcurre la trama, una joven enamorada de un hombre mayor, tienen un percance con un taxista al cual asesinan en una oscura calle y salen huyendo. A raíz de este suceso, nuestro protagonista Marcos irá eliminando todo ser humano que sospeche o crea importunar su salvaje secreto. Mientras entabla amistad con un extraño y misterioso joven que parece conocer a la nueva personalidad asesina que tiene enfrente.
Las hostilidades comienzan con la retransmisión de un partido de fútbol por la radio, al igual que el desenlace, también con la narración de un partido del deporte rey... Eloy de la Iglesia nos deja una curiosa anécdota futbolística entre líneas.
Un film que a priori puede parecer hastiado, comienza a servir dosis de tensión y suspense al espectador, más allá de sus aceptables interpretaciones o un desenlace esperado, bebiendo del viejo Giallo italiano. Sostenida bajo un guión correcto, sin alardes pero con unas líneas acordes a la época en la que trabaja. Por supuesto, estamos ante una película entretenida en la que prima eso, sentirse ocupada en nuestra retina sin mayor pretenciosidad que lo que vemos, sin mayor atisbo de grandilocuencia sino mantener el suspense consiguiéndolo sin reparos. Técnicamente justita, rozando la serie B en varias ocasiones y con varias escenas imborrables (la eliminación de miembros mediante la nueva máquina de empresa, la curiosidad animal por el olor a muerte, el miedo a la opresión y la prisión...).
La semana del asesino se consagra como un más que interesante thriller patrio, con una historia absorbente que mantiene la tensión durante todo el metraje y con un estilo bien definido, más cercano al Giallo italiano que al slasher americano.
“Mi vida y mis películas son las caras de una misma moneda.”
"Tu problema es que has pasado toda tu vida pensando que existen reglas, pero lo cierto es que no las hay." Lorne Malvo (Billy Bob Thornton)
Hace ya casi dos décadas que los lúcidos siameses de la escena cinematográfica norteamericana, los hermanos Coen, nos embaucaron con un thriller electrizante y magnético llamado 'Fargo' (1996). Más que un simple remake, lo que FX ha conseguido es realizar una serie basada en el guión de los Coen trasladando todo el macabro trasfondo y ese humor negro característico de estos cineastas a la pantalla pequeña de una manera magnífica, a la altura de la historia original. Una vez más, la sangre vuelve a brotar sobre el suelo nevado de Minnesota, la conspiración vuelve a estar a la orden del día entre la comunidad más familiar y el asesino más implacable con el que se puede topar un hombre sigue su camino sangriento. Un vendedor de seguros con una vida tranquila pero sin aspiraciones con un carácter que roza lo ridículo, conoce al enigmático Malvo mientras espera en la sala de urgencias del hospital tras un percance con un abusón. Entabla cierta amistad con el desconocido y en un arrebato de locura asesina a su esposa en el sótano de su casa, pidiendo ayuda con el susodicho. A raíz de este suceso, una serie de crímenes serán desatados poniendo en peligro no solo a los protagonistas sino a todos los que les rodean...
Cuando aún seguimos ensimismados con el Rust Cohle de la gran serie del año 'True Detective', aparece como por arte de magia otro personaje que con una labia hipnótica aderazada con lúcida filosofía que conseguirá permanecer para siempre en nuestra memoria desde que nuestra retina percibe su figura. Hablo de Lorne Malvo, interpretado de manera magistral por Billy Bob Thornton. Con cierta elegancia y tranquilidad pasmosa, Malvo se hace con el control de la trama dejando en el camino a más de un personaje tanto interpretativa como literalmente. Dos personajes más serán los que lleven la voz cantante en esta crónica: El principal protagonista y en el que gira todo el grueso argumental, Lester Nygaard interpretado de forma brillante por Martin Freeman y la detective Molly Solverson, caracterizada por Allison Tolman.
Acompañados de un selecto y bien configurado elenco de actores secundarios, harán que el espectador se adentre en esta cruenta narración criminal sin descanso, pues será contada de manera vertiginosa sin dar tregua en ningún capítulo de los 10 que lo componen. Estamos hablando de un reparto de lujo para unos personajes de lujo, parecen hechos para ellos y muestran todo la extraordinaria calidad que atesoran.
El guión, basado en la obra original de los Coen pero adaptado a una serie, simplemente es magnífico. Toda la ambientación está conseguida, transmitiendo esa sensación de agobio, intranquilidad, angustia y el lado de comedia negra que no puede faltar en este tipo de producciones. Recoge el particular universo que transportaron en 'Fargo' de la década de los noventa, adaptándolo a unos hechos acaecidos más recientemente.
Los Coen intervienen en el proceso de creación como productores ejecutivos, quizá de aquí saquemos la similitud con la cinta del 1996, otorgando una vuelta de tuerca hacía unos personajes que se encaminan hacia otros derroteros pero con esa estampa tan peculiar. La música es francamente buena, muy parecida al tono de la original acompañada de unos efectos especiales a la altura de la producción. El opening es variable, siempre con los rótulos de "Esto es una historia real..." y una secuencia musical clásica inquietante que obtendrá importancia dentro de la trama principal. El capítulo piloto es sublime, con una delicadeza portentosa.
Una de las gratas sorpresas de la temporada en televisión, una adaptación francamente maravillosa de la obra original escrita y dirigida por los Coen, con algún pequeño defecto sin importancia y con multitud de exquisitos detalles que albergarán una trama fascinante con unos personajes inolvidables. Giros de guión sorprendentes, un trazado de personajes en alza y una narración en tono gris que engatusará sin remedio al gran público.
En los últimos años, el cine asiático está experimentando un curioso
boom; tanto en calidad como en cantidad de buenas producciones, dejándonos a los aficionados al mundillo del celuloide
cosas bastante interesantes.
En este caso, nos encontramos con una atractiva película
de venganzas y casquería. Que destaca sobre todo, por la enorme dirección y por
el talento del dúo protagonista. El argumento nos sitúa tras la pista de un
asesino bastante sádico, el cual encuentra diversión matando y torturando a
chicas jóvenes de las formas más crueles.
Como he mencionado previamente, el punto más interesante de "Encontré al diablo" es la
dirección; el film nos muestra unas escenas
muy bien realizadas, la cámara siempre está donde debe, y el conjunto tiene
una gran potencia visual.
Los puntos débiles, claramente la historia, peca de simple y además deja a mi modo de ver unas incoherencias
palpables, en las que no voy a entrar, por no desvelar demasiados detalles de la trama. Por
otro lado, apuesta más por la sangre que por crear una intriga que mantenga en
vilo; no es que aburra, pero la verdad es que exagera bastante en muchas
ocasiones, y soy de los que opinan que en un
buen thriller debe primar la trama.
En definitiva, es una película
interesante que mejoraría bastante si se hubiera profundizado en la
historia. En mi opinión, por mucho que digan, poco tiene que ver este guión con
el de la magnífica “Seven”. Aunque
tiene aspectos bastante positivos y en general no cansa en ningún momento, la
lastran los defectos ya comentados, y quizá una excesiva duración para la historia que narra.
Shane Meadows se ha convertido en los últimos años en toda una
referencia en lo que a cine independiente británico se refiere, no sólo por su
buen hacer detrás de las cámaras; sino también, por saber exprimir al máximo los
medios a su alcance, para hacer películas que siempre consiguen dar esa vuelta
de tuerca mása la historia para alcanzar un resultado que no suele dejar indiferente. Dead man´s shoes consigue dar forma a unos elementos que no son
nuevos en absoluto, pero logran crear una propuesta con alma propia; intrigante e inesperada a partes
iguales.
Pocos cineastas pueden presumir
de ser capaces de suplir la falta de medios técnicos y recursos económicos, con imaginación y buenas maneras tras la cámara.
Si bien es cierto, la película que nos ocupa cuenta con algún punto negativo;
como pueden ser, ciertas reacciones de los personajes y situaciones, se
muestran inverosímiles, en pos del desarrollo de la trama. Es cierto que en el
momento del visionado es un hecho al que no se presta demasiada atención; ya
que el buen ritmo, la cuidada puesta en escena, la buena fotografía y apropiada
banda sonora mantienen al espectador
disfrutando de lo que se ve en pantalla, sin prestar mayor atención a los defectos
que posee.
La historia se va desenmarañando
poco a poco, sin prisas, dando cada vez un paso más en su desarrollo, para guiar
la trama hacia un giro de guión final coherente y acertado, no tomando al
espectador por idiota. El conjunto es
sólido, también en parte por el trabajo de su reparto; el cual, pese a que
se le notan carencias, consigue resultar solvente en líneas generales. Tal vez
en esto tenga que ver que el protagonista principal, Paddy Considine es también uno de los guionistas, consiguiendo una interpretación coherente con la visión global que busca la dirección en
el desarrollo de las situaciones.
Definitivamente, resulta una buena película,
por desgracia muy poco conocida en nuestras fronteras; pero, sin
duda merece la pena. Por otra parte, no he
comentado nada en relación al argumento de la cinta; porque en mi opinión, es uno de esos
films que resultan mucho más atrayentes si se desconocen los detalles que
conforman su trama.