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viernes, 21 de marzo de 2014

Crítica: 'Byzantium' (Neil Jordan, 2012)


'Byzantium' (Neil Jordan, 2012)



"La perla sigue pura mientras la carne de la ostra se pudre a su alrededor." Eleanor (Saoirse Ronan).




Neil Jordan (En compañía de lobos, El hotel de los fantasmas, Los Borgia...) vuelve al mundo vampírico 18 años después de trasladar a la gran pantalla la excelente obra literaria escrita por Anne Rice, 'Entrevista con el vampiro'. Creando una historia a caballo entre el terror y el drama más romántico con un resultado final dispar por diferentes motivos. La trama nos introduce en la vida de una madre y su hija, que tras abandonar la escena de un violento crimen consiguen establecerse en una nueva propiedad para ellas llamada Hotel Byzantium. En ese lugar vamos conociendo todos los secretos que otorga la inexporable existencia de Clara y Eleanor, sus vivencias como seres vampíricos y su deambulante recorrido por la oscuridad de la inmortalidad. Consigue retratar una ambientación especial, con toques "vintage" entrelazados con un aspecto más moderno. A pesar de contar con una buena fotografía y una excelente música, las localizaciones suelen ser repetitivas a lo largo del desarrollo. Las piezas de piano tocadas dentro de la película son exquisitas, mucho más destacables que los efectos especiales y música ambiental. La explosivamente atractiva Gemma Artenton (RocknRolla, Quantom of Solace, Runner Runner...) queda eclipsada en todo momento por la interpretación de la joven Saoirse Ronan (The Lovely Bones, The Host, El gran Hotel Budapest...), un personaje abstracto, con mucha sensibilidad y empatía, atrapada en la eterna adolescencia y en los dilemas que ello conlleva, que a raíz de sus cartas que se pierden en el viento encontramos la línea para seguir el camino de la trama. 


El guión bebe de otras historias similares, intentando obtener esa identidad propia merecedora de permanecer en nuestro recuerdo, sin conseguirlo. Los personajes secundarios no tienen alma, aún consiguiendo permanecer inmunes en el teatro dramático que ofrece, no están a la altura de una inexorable protagonista. Inyecta una dosis de originalidad narrando la historia en dos épocas bien diferenciadas, la vida de las no muertas en la actualidad y dos siglos antes, donde se transformaron en inmortales. Varias escenas sobrantes que alargan el metraje sin ofrecer nada a la trama, un desenlace atropellado y convencional que no sorprende. Múltiples detalles que dan todo masticado al espectador restando esa capacidad de pensamiento que generan esas importantes historias contadas del mundo del cine. Una estupenda Saoirse Ronan, una trama con gran contenido romántico, lirismo poético pragmatizados con una narración entre dos épocas muy diferentes es lo mas destacable del film. Sus puntos negros son la repetición de situaciones, la poca variedad de guión con escenas estériles y unos personajes secundarios que son meras figuras dentro de la pantalla. Se agradece una nueva historia de trasfondo vampírico huyendo de bobadas amorosas como las que se han estrenado en los últimos tiempos, pero que no llegan a igualar en calidad a otras obras más influyentes y reconocidas como 'Déjame Entrar' (Tomas Alfredson, 2008).


Valoración: [5/10]       
★★★★★★★




P. Garrido

martes, 18 de marzo de 2014

Crítica literaria: "Carmilla" Sheridan Le Fanu (1872).



Se puede decir que Joseph Sheridan Le Fanu es el contrapunto de Abraham Stoker. Pese a la calidad de la obra de Le Fanu como escritor, la mayoría siempre recordaremos a Stoker como artífice de la idea del vampiro clásico, cuando fue Le Fanu quien sentó las bases que luego se verían desarrolladas en "Drácula".

La historia se narra en primera persona, desde la perspectiva de Laura. Una hermosa muchacha, que experimenta un cambio en su vida, cuando una desconocida llamada Carmilla se hospeda por casualidad en la mansión de su padre.

Le Fanu se inspiró en el personaje histórico de la condesa Erzsébet Báthory;  la cual se hizo un hueco en la historia, por tener la sádica costumbre de bañarse en la sangre de mujeres vírgenes para conservar su belleza. En Carmilla se van entrelazando las diversas leyendas sobre el vampiro que perduraban en el imaginario popular de la época; dándoles un contexto y ambientación muy adecuados, creando una atmosfera gótica  excelente, que te envuelve por completo. Además, es una obra completamente rompedora, teniendo en cuenta el año de su publicación.  Ya que introduce el encanto seductor del vampiro desde la perspectiva de dos mujeres; Laura siente temor y repulsión ante la figura de su nueva amiga Carmilla, sin embargo,  se siente completamente atraída por esta de una forma que ralla la obsesión.

El único defecto reseñable es un final algo abrupto, con tendencia a llevar la situación hacia un desenlace positivo. Aunque esto último, tampoco se puede catalogar como gran punto en contra, debido a que está en línea con el estilo de la época en que fue escrito.

Es una novela de lectura rápida, que atrapa al lector en una ambientación oscura de cuento de terror. Con unos personajes sólidos y muy interesantes, consigue mantener  el interés in crescendo hasta el final. Sin duda una obra excelente, que sigue haciendo las delicias de los aficionados al género y a la imagen del vampiro clásico. Que por desgracia ha sido tan destrozada últimamente.

 

" El amor ha de tener sus sacrificios, no hay sacrificio sin sangre"  J.S. Le Fanu.

Valoración: [9/10]   ★★★★★★★★



Rubén. 

 

viernes, 28 de febrero de 2014

Crítica literaria: "La historiadora (The Historian)" Elizabeth Kostova (2005).




La trama de Elizabeth Kostova, autora  apasionada por la historia, gira en torno a la figura del príncipe Vlad Drăculea o Vlad el Empalador; el personaje histórico en el que se inspiró Bram Stoker para su archiconocida "Drácula". Después de unos acontecimientos extraños, una serie de personajes comienzan a indagar en la historia del Empalador, sospechando que la leyenda del vampiro puede no ser tan ficticia como se creía.  El desarrollo se nos muestra en primera persona, también a través de cartas y documentos históricos que mezclan realidad y fantasía de forma muy repetitiva.


En líneas generales,  la novela va avanzando redundando en las mismas premisas una y otra vez. Da la sensación de que se producen muchas situaciones innecesarias, que no llevan a ninguna parte, y que parecen incluidas con el único afán de ir rellenando páginas. Además, pese a su extensión  los acontecimientos finales están descritos de forma atropellada,  tremendamente predecible y si me apuras, carente de sentido.  La autora peca  de infundir sentimientos en sus personajes describiéndolos,   en vez de hacer que sea el lector quien  los intuya, o sea la propia historia la que los sugiera.

Pero en mi opinión, el fallo más grave de la obra es el uso del personaje de Vlad. El cual se supone, es el eje principal  y máximo exponente del  interés de la historia. Kostova está constantemente indicándonos lo malvado que es este hombre y el terror que causa a sus personajes. Sin embargo, la única explicación  que da (hechos históricos aparte), es que quiere secuestrar eruditos, con el objeto de que le ayuden a ordenar una biblioteca que ha ido acumulando durante los siglos. Evidentemente cuando el lector descubre esto, no puede reprimir una carcajada.

Tras la lectura, me cuesta mucho comprender el éxito de este libro. Entiendo que la premisa de partida es interesante; jugar con la ambigüedad de una leyenda que podría ser real,  no es nuevo, pero hacerlo desde la perspectiva del personaje histórico que inspiró a Stoker, podría dar bastante juego. Sin embargo nos encontramos con una ejecución anodina, sin ritmo y plagada de incoherencias, que lleva al lector a desear que las páginas acaben cuanto antes. Dando como resultado una lectura completamente intrascendente y prescindible.



Valoración: [3/10] ★★



Rubén.