40 años del western futurista que revolucionó el género de acción a finales de la década de los setenta. MAD MAX es un western. Tiene el mismo argumento, en lugar de caballos montan coches y motos, una suerte de reinvención virando hacia la acción pura y dura, dibujada en forma de cómic americano, con abundante y explícita violencia.
Producción de bajo presupuesto, el director australiano que no dicta ninguna regla en la guerra entre policías y moteros, ambos salvajes. También supuso el nacimiento de un nuevo y reconocido actor: Mel Gibson. El uniforme de cuero y las gafas de sol, el semblante serio de un joven policía frío fue un sello identificativo del "interceptor" Max.
Western de venganza de la década de los cincuenta, personajes y escenarios estilizados como viñetas, violencia sin sentido ante un futuro dramático. Obsesión por el motor como el deterioro de la comunicación.
“La esperanza es la quinta esencia de la debilidad humana.”
El gran éxito de la ciencia ficción de pretensiones épicas y tintes
apocalípticos, poco puede decirse ya de este filme de culto que no se
conozca y los ríos de tinta que ha conllevado estos 20 años depués de su
estreno. Concebida en su totalidad por los hermanos Wachowski, antiguos
escritores de cómic, detalle fundacional para entender su apabullante
puesta en escena, su estilo tan marcado y su aspecto visual rompedor.
Esta epopeya sobre realidad virtual es una mezcla de estilos clásicos
como las artes marciales y la ficción pura y dura, que fusiona temas de
filosofía con el recurso audiovisual de última tecnología como la cámara
super lenta o secuencias de coreografía de acción hábilmente modernas.
Plagada de mensajes de inconformismo y autorrealización, intentando
calar de forma crítica en el sistema conservador de los estudios de
Hollywood.
Una mirada desolada hacia el mundo y el futuro con el eslabón de
esperanza sostenida por ese Neo que no deja del todo claro que espera
ganar la resistencia humana con su lucha.
"Toda ciencia, todo el saber, vienen del dolor, porque el dolor
busca sin tregua la causa de las cosas, en tanto que el bienestar se
inclina a la quietud y renuncia a mirar hacia atrás."
Posiblemente,
Nietzsche no estaba equivocado en su afirmación. Juan Andrés Pedrero
Santos se atreve y aventura en un ensayo reflexivo sobre algo tan viejo
como la vida: el dolor y sufrimiento. Un campo tan vasto e inabarcable
que lo presenta desde el nicho del cine fantástico y sus vertientes:
terror, ciencia ficción, fantasía...
⠀⠀ Una obra con
resultado de bitácora cinematográfica y un compendio inmenso de
referencias, algunas más conocidas que otras, trazando un marco más o
menos temporal de estilos con cierta uniformidad. Desarrolla un enfoque
histórico con aspectos que me apasionan como los comienzos del género en
su etapa silente, la oscuridad que caía sobre los artistas de la
posguerra y el movimiento expresionista, tanto pictórico como
cinematográfico. Pinceladas a oriente y su estilo rompedor, no sólo por
el boom en cines del terror japonés a finales de los 90, que también, si
no esos Jigoku del siglo XII o perspectiva psicológica de mediados del
siglo XX.
Aunque entronque un tema tan universal, sus
reflexiones son más austeras en contenido. Encontramos alguna reseña del
cine moderno, alguna puntualización más detallada como en el género
Slasher o la ausencia de dolor y/o fascinación por el tema que acarrea
el ser humano, pero su compendio es pasar de soslayo por sus amenas 200
páginas. Un toque dinámico en la forma de presentar su contenido.
Sólo
es la punta del iceberg de un recorrido sociocultural e histórico por
el dolor en pantalla, y en sus distintas formas artísticas. Ensayo más
que atractivo, de carácter específico que incita a reflexionar, al
debate y a la discrepancia en un sentido abierto y gratificante.
"Tiene gracia la cosa, me sacan de una cryoprisión convertido en una puta costurera."
Una de esas películas que marcan una infancia, como es mi caso. También
una de las esenciales para comprender el culto al cine de acción de
tipos duros de los 90. Aquellos chavales que íbamos a escoger esas
películas al videoclub no mirábamos que fuera una libre versión de 'Un
mundo feliz' de Aldous Huxley, ni sus referencias a la corrupción
gubernamental. Eso ya vendría con el tiempo y la experiencia cinematográfica.
Queríamos ver a Stallone, el policía más rudo del siglo
XXI, zurrándose de lo lindo con un villano de opereta, histriónico y
pasado de vueltas como era aquel teñido de rubio Wesley Snipes, el
criminal más despiadado del siglo XXI, ambos descongelados de la
cryoPrisión e igual de perdidos en ese futuro lleno de estúpidas normas.
Todo en un marco futurista improbable, lleno de encanto, estrambótico,
infantilizado, en el que las obscenidades están prohibidas, no existe el
sexo físico y Pizza Hut domina la restauración. Por suerte los "viejos rockeros"
ponen la irreverencia y el toque de humor, y hacen disfrutar como nunca
en una trama tan tontorrona como los diálogos en
una cinta que nunca se toma en serio a sí misma.
DEMOLITION MAN es un cómic americano de principios de los 90 hecho
película, gran y entretenidísima superproducción con toques de humor,
altas dosis de acción y personajes con encanto. 25 años después de su
estreno, seguimos sin saber utilizar las tres conchas.
ANIQUILACIÓN de Alex Garland tiene un bonito envoltorio, maneja bien el
diseño y destaca la fotografía de Rob Hardy, pero me ha parecido que no
aporta nada nuevo al género y tiene un ritmo tedioso, además de un
desenlace que deja frío. Tampoco logro conectar con los personajes.
Alex
Garland debuta en
la dirección con una interesante mezcla de ciencia ficción y thriller
psicológico de un estilo muy teatral. La acción nos narra los hechos que se
darán durante la estancia de un programador seleccionado por su multimillonario
jefe para pasar una semana testeando la inteligencia artificial de un robot.
El
planteamiento de la cinta es quizá lo más interesante. Fundamentada en un
particular test de Touring ( prueba de habilidad en la cual una máquina
trata de mostrar un comportamiento similar a la inteligencia humana) juega con
la tensión y pone encima de la mesa unos atractivos temas. Si bien es cierto
que si conoces algo la materia las explicaciones pueden ser un tanto
flojas, hay que tener en cuenta que es una cinta de ciencia ficción
y por lo tanto se da por sentado que debe ser encarada con imaginación. Pero una vez dicho esto, el principal problema que presenta
sería que a pesar de echarle imaginación la acción se vuelve poco creíble en
algunos momentos; esto es complicado de explicar evitando spoilers, pero
se podría resumir en que ciertas situaciones no cuadran con la explicación que
se pretende dar de ellas, amén de que el papel de Oscar Isaac como
millonario hipster excéntrico resulta poco convincente e histriónico
en exceso, restando credibilidad al film y por desgracia es algo que nota mucho
en una película de reparto tan corto.
Por
otra parte hay que destacar que la cinta resulta entretenida,
el desarrollo argumental se sigue con interés, su puesta en escena
minimalista es acertada; ayuda bastante a generar una atmósfera muy
sugerente y el estilo teatral le sienta bien. Pero sobretodo destaca Alicia
Vikander como mujer-robot, siendo el eje central de la película y su
principal atractivo. Creando un personaje que es sin lugar a dudas lo mejor de
la cinta; profunda, misteriosa, cautivadora, encantadora y cruel. El robot
llamado Ava será recordado por los aficionados a la ciencia-ficción.
Definitivamente
es una película interesante y refrescante para el género que podía
haber dado mucho más de sí con un guión mejor apuntalado. Correcto
debut de Garland que le ha valido dos nominaciones a los Oscar.
"Hollywood abrió la caja de Pandora al rodar La Guerra de las Galaxias." Woody Allen.
El bueno de Woody tenía mucha razón, nadie esperaba en aquel lejano 1977 que la película del guionista/director George Lucas 'Una Nueva Esperanza' (¿El episodio IV de una saga... sin sus tres primeras partes?) un "western de ciencia ficción" fuese un éxito tan rotundo. Lucas también creó una mitología que ha transcendido de generación en generación, haciendo suya tanto mayores como jóvenes, sintiendo absoluta devoción a un reparto prácticamente desconocido en esa época (Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher). Tanto es así, que los jefes del estudio estaban tan convencidos del fracaso de la cinta que dieron a Lucas los derechos de comercialización de todos los productos relacionados con La Guerra de las Galaxias. Nunca se percataron del enorme potencial que escondía la película, y nunca pensaron en que daría origen a dos secuelas, una trilogía que hacía de precuela, películas derivadas del mundo Star Wars, series animadas, juguetes de todo tipo, videojuegos, bandas sonoras, libros, camisetas, tazas, DVD's y todo tipo de productos, hasta alimenticios.
Considerada una de las sagas más importantes de la historia del cine, con Star Wars nació el concepto de Merchandising, además de relacionarse directamente con términos tan de moda como freak. Además de un imaginario brutal de criaturas y razas en esta galaxia muy lejana, basada en la lucha entre el bien y el mal, nos presentan a personajes y objetos que han pasado a formar parte del vocabulario actual como Halcón Milenario (La nave espacial de Han Solo), sables láser (espadas con un reconocible sonido silbante), las tropas imperiales, los caballeros Jedi o uno de los personajes más emblemáticos y reconocibles del planeta: Darth Vader.
Narra la historia de un joven deseoso de aventuras que tras la muerte de sus tíos se une a Ben Kenobi, un caballero Jedi, acompañado de dos androides que portan un mensaje de ayuda trasladado desde planetas en guerra. A su curioso viaje les acompañarán un veterano piloto de naves espaciales llamado Han Solo (papel que convirtió a Harrison Ford en una estrella) y su peludo compañero Chewbacca, para rescatar a una princesa de las manos del malvado y todopoderoso Vader.
Mucho antes de que las imágenes por ordenador pudieran establecerse como estándar, Lucas consiguió fotografía y modelos detallados, exteriores bien escogidos (Las escenas desérticas de Tatooine fueron rodadas en Túnez) filmadas en complejos decorados para contar la historia de otro universo y otros planetas, dominado por el imperio del mal pero donde las fuerzas rebeldes se están agrupando para derrotar a los malos. La maravillosa banda sonora compuesta por John Williams es de lo más destacable dentro de la saga galáctica. En una época donde predominaba el pop o el jazz dentro del mundo del cine, Williams volvió a la música clásica grabada con orquesta, triunfando una vez más. Temas como "La marcha imperial" asociada a la portentosa figura de Darth Vader tienen un valor mastodóntico dentro de las melodías populares.
Darth Vader, que viene del juego con la palabra Dark y Vader que significa "Padre" en holandés, podria interpretarse "Padre Oscuro". Atabiado con vestiduras negras, una capa, un caso de plástico y una máscara amenazadora, acompañada de una respiración artificial escalofriante, Vader podría considerarse el personaje más característico de la saga. Debajo del traje se encontraba David Prowse, con la voz en inglés de James Earl Jones y en castellano del gran Constantino Romero, dominador del imperio del mal que se enfrantará en una batalla crucial con las fuerzas rebeldes, poseedor de la fuerza y antiguo Jedi, que sucumbió ante el reverso oscuro de la fuerza que da equilibrio a la galaxia.
En 1980 se estrenó 'Episodio V: El imperio contraataca', sensacional continuación del éxito fulminante y fenómenos popular que supera a la primera en efectos especiales, galardonados con un Oscar. Aparecen personajes nuevos y sólidos como el gallardo y enigmático Lando Calrissian o el cazador de recompensas que persigue al bueno de Solo, Boba Fett. Dotada de personalidad, escenas de acción espectaculares y con el floreciente romance del trío protagonista, todo bajo la batuta de un nuevo director, Irvin Kershner.
Luke Skywalker continúa su preparación como caballero Jedi experimentando la Fuerza en los pantanos de Dagobah, bajo la tutela del extravagante maestro Yoda, otro personaje emblemático que aparece en esta secuela. La acción es trepidante, desde el espectacular planeta helado de Hoth hasta la batalla que conduce al máximo apogeo en la Ciudad de las Nubes donde el archienemigo Vader rebela a Luke la horrible verdad que hay en el corazón del mito de Star Wars. Todo aderazado con una magistral partitura de John Williams. "Es un mal momento para la rebelión..." o "La Fuerza está contigo pero todavía no eres un Jedi." son algunas de las frases que nos deja en la memoria el incombustible Vader, pero no sabe que la lucha solo acaba de comenzar. 'El imperio contraataca' contiene todas las frenéticas emociones que alzaron a la cinta original, un vibrante guión y un espíritu de diversión que no decae.
La trilogía se cierra en 1983 con el 'Episodio VI: El retorno del Jedi' dirigida por Richard Marquand. Empieza cuando ha transcurrido cierto tiempo desde los acontecimientos llenos de suspense del Episodio V. Luke Skywalker es ahora un guerrero ensimismado que viste de negro y busca respuestas. Conocer total de la Fuerza vuelve a su planeta natal, Tatooine, para ayudar en sus amigos que están en las garras de Jabba el Hutt. Leia vestida con un bikini de ciencia ficción (del que todavía hablan con entusiasmo sus múltiples admiradores) como prisionera de Jabba y Han Solo convertido en una estatua de carbonita y una aventura donde el hilo principal es parecido al del film original. El Imperio está construyendo otra Estrella de la Muerte y nuestros héroes deben destruirla. Algunas nuevas razas como los Ewok, una especie de ositos de peluche que se ganarán el afecto del público, sobre todo el de corta edad. Efectos especiales impresionantes, música magistral que ponen hábilmente fin a la visión de Lucas de la lucha galáctica entre el bien y el mal.
Al crear La Guerra de las Galaxias, Lucas hizo un mundo grandioso, un
nuevo estilo de cine y una inolvidable epopeya sobre la lucha entre el
bien y el mal nunca superada.
“El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la
ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho
miedo en ti”.
Snake is back. John Carpenter regresa con una nueva aventura acompañado por uno de sus personajes más recordados: Serpiente Plissken. Caracterizado por el intratable Kurt Russell, Snake vuelve con ganas de aventura macarra, irreverente y cutre donde las haya, pero con sabor a Carpenter y esa energía que incuba a sus siempre entretenidos filmes.
Surfeando, volando en aeroplano, jugando al basket o subido en una Harley-Davidson, el carismático protagonista de estilo retro con parche en el ojo, hará las delicias de los fans más acérrimos de su personaje con una interpretación excesiva hasta límites insospechados.
Un terremoto ha devastado Los Ángeles, dejando un futuro distópico y gobernado bajo la tiranía de un presidente autoritario mientras la pequeña L.A. se convierte en una pequeña urbe de hostilidad encabezada por Cuervo Jones, un revolucionario peruano que intenta sembrar el terror en el planeta. Snake, tachado como ciudadano indeseable, se verá implicado en el conflicto con una misión contrarreloj para salvar el mundo y su propia vida.
El guión simplemente no existe, es un batiburrillo de situaciones excéntricas y llevadas a la exageración para un entretenimiento de lo más elemental. Y eso es lo que busca y consigue Carpenter, divertir. Los efectos especiales "cantan", pobretones en todos los sentidos. La narración es lo más parecido a un videojuego que te puedes encontrar: un número de misiones de acción y más acción, batalla épica acompañado de tus aliados contra el jefe final y la despedida de Snake. La música vuelve a correr a cargo del maestro Carpenter, muy adecuada y repleta de sintetizadores.
Conserva el tono mordaz y de humor irónico tan representado en las obras del director, homenaje a los clásicos de la acción con toques de crítica social. Desmesurada y corrosiva, plagada de escenas de acción cutre, posee el encanto que nos brindó con 1997: Rescate en Nueva York pero un peldaño por debajo en cuanto a calidad y originalidad.
Como si de un fresco distópico con pinceladas de cyberpunk se tratara, la emblemática obra de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott (Gladiator, Alien, el octavo pasajero, Los duelistas...) sigue mejorando con el paso de los años como el buen vino. Basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? escrita por Philip K. Dick en 1968 y adaptada 14 años después, Blade Runner ha conseguido otorgarse la distinción de película de culto gracias a sus revisiones (Montaje del director) y su calidad que perdurará hasta la eternidad.
La película no fue bien recibida al estrenarse y sólo después de reestrenarse la versión del director en 1992 se le hizo justicia y la aceptaron plenamente crítica y público. Dicho montaje final tiene escenas complementarias y omite los comentarios en off de Deckard junto con el final que impuso el estudio. Ambas versiones complementarias.
A principios del siglo XXI, una ciudad desolada e iluminada por el neón, con calles atestadas de gente y una incesante lluvia deambula Rick Deckard, un Blade Runner que limpia las calles en busca de "réplicas" (androides que se hacen pasar por seres humanos y que son altamente peligrosos) con la difícil tarea de eliminar a cuatro de ellos que se han escapado de la colonia a la que pertenecen. Robots de avanzada ingeniería genética llamados Nexus 6 con una fuerza y agilidad sobresalientes frente al factor humano.
Se han escrito ríos de tinta sobre este film, desde conflictos internos del equipo hasta que a Harrison Ford no le caía bien la protagonista (Sean Young) pasando por la más notable de todas, Ford y Scott no congeniaban. A pesar de esto, todo parece hilado perfectamente para que esta maravilla llegue a sorprender y rozar la perfección en casi todos sus aspectos: Aclamado por su portentoso diseño de producción, su majestuosa e inolvidable banda sonora orquestada por Vangelis, su ritmo frenético o su carga de simbolismo, donde algunos afirman que la película trata de religión de forma sublime (perforaciones de manos representando una crucifixión o que el creador de las réplicas sirva como figura divina de las mismas).
Soberbia mezcla de cine negro clásico en una época que transcurre en el año 2019 creando una distopía francamente sensacional. Sus imágenes te embriagarán sin remedio acompañadas de unos efectos especiales magníficos, incluso hoy en día, y una realización técnica de aupa. Blade Runner sigue siendo una de las películas de ciencia ficción con la mejor dirección artística y visualmente más excepcional de la historia del cine.
"He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más
allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la
Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como
lágrimas en la lluvia. Es hora de morir..."
El John Carpenter (En la boca del miedo, La cosa, El pueblo de los malditos...) más canalla, satírico e ingenioso vuelve por sus fueros con esta comedia de terror, más bien tirando a sátira política con destellos de ciencia ficción, embaucando una vez más a su público. Todo envuelto en ese "toque Carpenter" mezcla de serie B con oficio cinematográfico, efectos especiales justitos y un protagonista indigno por sus excelsas limitaciones pero con una trama más que interesante, desarrollo plagado de ideas estupendas, confinado con ese guión definido con una misión simple y concreta: Entretener al público con un mensaje directo y divertido.
La sátira más jugosa es la que mayor alcance visual y contencioso puede ofrecer al espectador que quiere percibirla y eso Carpenter lo consigue eficazmente. Realmente contiene más cantidad de ciencia ficción que de comedia, casi nula de terror por circunstancias obvias de guión. El desarrollo parece el de un videojuego: Conocemos al personaje principal (héroe), gracias a unas gafas especiales puede ver si las personas que ve son extraños o no, una pelea callejera, conspiraciones y frenéticas carreras para ir abriendo boca hasta la resolución final. Un pastiche de géneros realizados con modestia (este cineasta no se reconoce por sus presupuestos millonarios), ideas admirables que se pierden entre un desarrollo de lo más plano o convencional aunque sumamente entretenido en su parte final.
Carpenter mezcla y remezcla un batiburrillo de géneros para ofrecernos una sátira de nuestro tiempo, y esto es lo más interesante, de todos. Su implacable mensaje va destinado a una población que cambia poco en este aspecto, haciendo la película atemporal. Aspectos desdeñables que podrían haberse mejorado como un mejor desarrollo e interpretaciones. Disfrutable y entretenida propuesta, coge las gafas de sol y descubre que se esconde debajo de esas personas que crees que son como tu...
"Los ves por la calle. Los ves por la televisión. Puede que votes a
alguno de ellos este otoño. Piensas que son gente como tú. Estás
equivocado. Mortalmente equivocado."
Versión de "El hombre invisible" confeccionada por John Carpenter (El pueblo de los malditos, La cosa, El principe de las tinieblas...), basada en la novela homónima de H.F. Saint. Obtuvo malas críticas en su momento, cayendo todo lo negativo en el guión y el protagonista. Francamente Chevy Chase es una aciaga elección como cabeza de cartel, además de ser un actor mediocre rechazó el guión original escrito por Goldman siendo, posiblemente, mejor que el que reescribieron Collector y Olsen. Daryl Hannah irradia belleza y sensualidad en pantalla.
Nick Halloway, un hombre de negocios mujeriego y triunfador se convierte en invisible tras un accidente acontecido durante una soporífera charla en un laboratorio. Perseguido por agentes especiales de la policía que pretenden reclutarlo como espía, Nick deberá huir mientras obtiene la inestimable ayuda de una explosiva mujer que acaba de conocer para salir airoso de su aventura.
El guión tiene momentos divertidos y toques al más puro estilo Carpenter, aunque la historia cae en demasiados tópicos que por lo general sentiremos sensación de dejadez o cansancio argumental al no ofrecernos algo original. La carrera contínua de persecución entre el hombre invisible y las autoridades muestra un sencillo ejercicio cinematográfico sin profundidad pero con cierto aire Serie B que hará entretener al público, sobre todo al más mayorcito que hará revivir la nostalgia de ciertos clásicos del género. Escenas sorprendentes como los pulmones llenándose de humo o la cara de Nick pintada con maquillaje sobrevolando la escena permanecerán en nuestra memoria, junto a unos efectos especiales obsoletos hoy en día pero más que aceptables para la época.
Carpenter es sinónimo de diversión, sus producciones destilan ese añejo y singular toque Serie B que tanto gusta, su cómica obra sobre "el hombre invisible" cae en tópicos y linealidad argumental que aporta poca originalidad y a veces dejadez. A su vez tiene escenas muy interesantes que harán pasar simplemente un rato agradable frente a la pantalla.
"El planeta de los simios" ha trascendido no sólo como un
auténtico clásico de la ciencia ficción, sino como un clásico del cine en
general. Y no es para menos, nos encontramos ante una obra de una factura técnica exquisita para la época
en la cual fue rodada y de un trasfondo
que va mucho más allá de ser un simple
film de aventuras.
El planteamiento ubica al
espectador en el accidente de una nave espacial que realiza un aterrizaje de
emergencia en un planeta desconocido, los supervivientes se enfrentan al reto
de sobrevivir en un entorno desconocido en el cual parece ser que sí hay vida
inteligente.
Michael Wilson y Rod Serling
consiguieron crear un guión sólido
adaptando la novela de Pierre Boulle,
construyendo una historia donde aparte del puro entretenimiento, hay espacio
para la reflexión. El planeta de los simios es una profunda metáfora acerca de
la esencia de la humanidad, aborda diversos temas relacionados con nuestra
percepción de normalidad y de cuáles son los atributos que nos definen como
seres humanos.
Aparte del ya mencionado trasfondo
filosófico, la cinta nos deja una historia sumamente
entretenida, comandada por unCharlton Heston tremendamente
carismático, logrando ser ese héroe inolvidable de las grandes historias. La
dirección de Schaffer mantiene al
espectador ensimismado ante las imágenes que se suceden en pantalla, logrando
el clima perfecto para desarrollar un relato inteligente y divertido.
Realmente poco más se puede decir
de una película que ha sido analizada,
comentada hasta la saciedad yha
inspirado a generaciones de cineastas,un clásico que ha envejecido mejor de
lo que parece, siendo unaaventura impactante y dura, cargada de grandes reflexiones, y por supuesto con
uno de los finales más recordados de la historia del cine. Gran película.
La factoría Disney nos ofrece una visión familiar y divertida sobre aventuras en el tiempo para todo el público, de carácter afable lleno de guiños a la ciencia ficción más pura con ese toque tan aventurero que caracteriza este tipo de cine. Mezcla de varios géneros, su historia enganchará desde el primer momento y los más pequeños (y maduritos) de la casa disfrutarán con la aventura tiempo-espacial de David, un chico de 12 años que tras sufrir una estrepitosa caída por un barranco y permanecer inconsciente durante un tiempo, despertará ocho años más tarde, sin saber que ha pasado a lo largo de todo ese tiempo y con los buitres de la NASA tras sus pasos ansiando experimentar con el joven viajero del tiempo.
Los efectos especiales se han quedado obsoletos, al igual que el montaje de los decorados de la nave espacial y las diferentes razas alienigenas que encontraremos en ella, que muestran un austero resultado a día de hoy.
La trama tiene un comienzo más serie y misterioso, declinándose progresivamente en un proceso placentero para el disfrute de los más jóvenes y menos entretenido para el público más adulto, carente de factores que incidan en la sorpresa y cayendo en la más absoluta previsibilidad. Narrada de forma alegre, la temática OVNI llevada al lado divertido, sin muertes de por medio ni violencia gratuita, simplemente divertida. No vamos a entrar a valorar aspectos técnicos o exquisitos del film, esto no es lo que pretende ofrecernos, su misión es entretener a todo el público y en gran parte lo consigue.
El factor nostálgico es lo que más destaca a la hora de ver 'El vuelo del navegante', factor que no conllevo conmigo al no haberla visto en mi juventud y descubrirla siendo ya un habituado del cine, posiblemente sea un punto perjudicial a la hora de valorar la crítica... Y es que la nostalgia a veces nos juega malas pasadas nublándonos nuestro ponderado criterio.
Valoración: [5/10] ★★★★★★★★★★
P. Garrido
* Esta crítica está considerada de
carácter comunitario dentro de un grupo de cinéfilos que compartirá su
opinión de la misma entre los miembros del conjunto. Así pues, mostraré
los enlaces a los distintas críticas confeccionadas por cada miembro
para su información:
Zack Snyder (Amanecer de los muertos, 300, Watchmen...) vuelve a poner a la orden del día una nueva entrega del celebérrimo Superman. Con un tono mucho más oscuro y plomizo el joven cineasta intenta revitalizar una saga de capa caída en los últimos años, sobre todo tras el fracaso en crítica como fue 'Superman Returns' (Bryan Singer, 2006). Dejando de lado las diversas adaptaciones de animación que aparecen cada año sobre el popular superhéroe, el gran público de la ciencia ficción esperaba como agua de mayo la llegada de este film tras el espectacular tráiler que la promocionaba. Como protagonista encontraremos a un hiper anabolizado Henry Cavill (Si la cosa funciona, Stardust, Inmortals...) toma el relevo de Christopher Reeve y Brandon Rouht vistiendo la capa roja en el cine, acompañado de grandes estrellas del mundo del celuloide como Russell Crowe, Amy Adams, Michael Shannon, Kevin Costner, Lauren Fishburne o Diane Lane.
La trama nos sitúa en Krypton, un planeta avanzado tecnológicamente y en el que se lleva a cabo una terrible guerra civil, nace un bebé que es enviado por sus propios padres en una cápsula al planeta Tierra. Una familia de Kansas acoge a dicho niño y le enseña los valores que debe tener en la vida para poder contener grandes responsabilidades, ocultando un pequeño secreto, el chaval posee poderes sobrehumanos que comienza a desarrollar desde temprana edad. La historia toma un cariz épico cuando una periodista descubre los poderes de Kent y aparece en escena el general Zod, villano del planeta Krypton que desea la muerte del protagonista para llevar a cabo sus malvados planes.
Gran interpretación de Michael Shannon como el general Zod, a veces impregnada de la rabia suficiente que quiere demostrar su personaje en pantalla. La cinta de Snyder se caracteriza desde el primer minuto en mostrar unos efectos especiales extraordinarios y una música épica firmada por el oscarizado compositor Hans Zimmer (El rey león, Gladiator, Inception...), aderazado con unos efectos de sonido y visuales que quitan el hipo. Como era de esperar, el aspecto técnico del film es lo más destacable, invadiendo la pantalla de "metralla espectaculera" en todo su desarrollo, un deleite para los sentidos. El aspecto negativo es que el guión es bastante pobre, cargado de líneas superficiales y vacío donde demuestra que todo el grueso lo ha dejado en los fuegos de artificio.
El género muestra un punto de agotamiento en la consistencia argumental, aspecto a tener en cuenta también en 'Man of Steel'. Situaciones poco originales y esperadas, repetición de líneas de diálogo y de escenas que invaden en el espectador la sensación de Déjà vu tanto con otras películas del género como de la propia saga. Aquí lo que prima es el espectáculo y de eso la película va sobrada, consiguiendo entretener hasta el final pero con ninguna sorpresa para ensimismar al público general que busca una historia sólida y contundente que no encontrará en ella.
Acción trepidante de principio a fin con unos efectos especiales atronadores y espectaculares, acompañada de una fotografía oscura y contundente. Los amantes de Superman adorarán ver a su querido personaje en pantalla rodeado de unos efectos técnicos y una banda sonora apabullante. Lo que no consigue embaucar en su simplista guión y el agotamiento argumental que vemos en el género donde Snyder intenta reflotar sin el éxito esperado.
"El tren es nuestro mundo. Nosotros, la humanidad" Wilford (Ed Harris)
Con la premisa del calentamiento global como telón de fondo sobre una historia futurista-postapocalíptica, basada en un cómic de éxito se cuece la última película del director surcoreano Bong Joon-ho (Mother, The Host, Memories of Murder...). La película como una metáfora de lo que vamos a encontrar dentro de ella, es como el tren que está a punto de descarrilar porque al maquinista se le va la situación de las manos. Una cinta irregular, con un desarrollo pausado que roza el tostón en muchos momentos, sobre todo los primeros 45 minutos de metraje que se hacen simplemente tediosos. El propio guión, siendo tan lineal como un "mata-mata" sin respiro, consigue salvar los muebles en varias escenas bien realizadas y en la resolución de algunos enigmas que va dejando el propio desarrollo.
El planteamiento propuesto es similar a lo que hemos visto muchísimas veces en un videojuego: Conocemos al héroe y los motivos por los que lucharemos contra los villanos, nuestra misión será atravesar un tren desde la cola hasta la cabeza superando un puñado de niveles donde tendremos que acabar con los malvados que se interpongan en nuestro camino a golpe de mamporrazo sorteando a duros enemigos hasta llegar al último nivel donde estará el "Final Boss" y se descubrirá el pastel. Los gamers sabrán de qué hablo. Quizá esta propuesta en un videojuego hubiera estado más entretenida, pero como película naufraga en casi todos los aspectos.
Un uso exagerado de la cámara lenta, excesivo durante todo el film, para mostrar unas batallas poco interesantes y repetitivas hasta la saciedad en donde se salvan algunas que intentan ser más originales como la del vagón de los niños o la de los enmascarados, escenas que consiguen salvar los muebles dentro de la paulatina y reiterativa línea argumental. Encontraremos escenas con muy poca intensidad, imprimiendo más fuego de artificio que guión sólido donde agarrarse para mantener en alerta permanente al público. Dentro de un progreso insustancial se hecha en falta mayor creatividad literaria y menos efectos especiales, muy buenos para la vista pero insolventes para la narración. A pesar de los reconocidos nombres que veremos en el elenco de actores: Chris Evans, John Hurt, Ed Harris, Octavia Spencer, Song Kang-ho... el más destacable y peculiar es el de Tilda Swinton.
Uno de los puntos negativos del film es el poco peso que tienen algunos personajes dentro de la historia, algunos simplemente aparecen de paso y con un papel desaprovechado. Los efectos especiales, fotografía, montaje y ambientación es lo que más brilla en la propuesta postapocalíptica que quiere transmitir Bong Joon-ho. Técnicamente raya a buen nivel, tampoco es sobresaliente pero si es lo más reseñable junto con el monólogo del protagonista Curtis (Chris Evans) antes de atravesar el último vagón. El desenlace peca de previsible y la escena final anodina.
Olvidable cinta de ciencia ficción futurista que naufraga en un desarrollo insípido, repetitivo y lineal hasta decir basta. Destacable papel de Tilda Swinton entre tanto actor conocido que no consigue despuntar como deberían. Escenas de acción machaconas con un uso abusivo de la cámara lenta y guión falto de intensidad. Carencias narrativas que procuran ser disimuladas con buenos efectos especiales y una conseguida ambientación que lo único que hacen es maquillar el resultado de una película irregular en la que dentro de un tiempo la recordaremos difuminada dentro de nuestras mentes y pasará al limbo de este mundo llamado cine.
Valoración: [4/10]
★★★★★★★★★★
Paco Garrido
* Esta crítica está considerada de
carácter comunitario dentro de un grupo de cinéfilos que compartirá su
opinión de la misma entre los miembros del conjunto. Así pues, mostraré
los enlaces a los distintas críticas confeccionadas por cada miembro
para su información: